viernes, 23 de julio de 2010

La casa de las Diez Ventanas

XVII


Se montaron los cuatro en el coche y decidieron ir a casa de la abuela de Crist. Después de llorar desconsoladamente Crist e Ismael habían estado hablando casi una hora y media, después en el balcón con Leonardo y Aurora se pusieron al corriente de todo lo acontecido. Cuando llegaron a la casa el pequeño seiscientos estaba fuera de la cochera. Crist se acerco a sus abuelos y estos estaban sonrientes, como siempre.
- Querida, que bueno que hayas llegado ya.- Saludo la anciana.
Crist se acerco a su abuela y la abrazo con energía.
- Veo que te has reconciliado con Ismael y que has empezado a ser de nuevo mi nieta de la que me siento tan orgullosa.
Crist no contesto, no tenía palabras ni voz. La anciana al verla tan silenciosa cayo también, la abrazo con fuerza y luego se despidió del resto.
- Nos vamos, pero no te preocupes, nos volveremos a ver.
Con estas palabras se montón en el pequeño Seiscientos, el abuelo de Crist le dio dos besos y la abrazo con fuerza también. Él estaba mas serio y no pudo decir nada, se montó al volante y los cuatro amigos vieron como se perdía el pequeño cochecito al doblar la esquina. A Crist se le inundaron los ojos de nuevo, tenía la certeza de que no los volvería a ver, aquella despedida era la última, la que se le tendría que quedar grabada para el resto de su vida. Sintió el calido abrazo de Ismael y entraron a la casa. Se acomodaron en salón y nadie decía nada. Ismael estaba junto a Crist y esta se refugiaba en su pecho, Leonardo se removía inquieto, Aurora lo observaba disimuladamente. Al igual que cuando pidió ayuda dentro de su corazón notó que sentía la necesidad de salir de allí, sintió la inquietud de unas preguntas que necesitaban una respuesta, y para hallarlas tendría que marchar, mas por otra parte quería ser solidario con aquella que en tan poco tiempo estaba viendo su mundo desvanecerse a sus pies y eso lo retenía. Aurora notó el mismo impulso loco que le hizo coger el coche sin mas…
- Leonardo, ¿Quieres que vayamos a ver a tu hermana al hospital?
Todos se quedaron un poco parados ante la pregunta de esta y Leonardo se quedo sorprendido.
- Creo que es algo tarde para las visitas.- Respondió él con lentitud.
Entonces un pequeño resorte saltó en Ismael.
- A mi me gustaría ver a mi hermano, la verdad es que no lo he dicho porque no quisiera ir solo, mas si vamos los cuat…
- Yo no voy.- cortó tajante Crist.- No tengo ganas de ir a ninguna parte.
- Entonces…- empezó Ismael.
- Vas con Leonardo y yo me quedó con Crist.- resolvió Aurora.- Luego, cuando terminéis os venís si queréis y si no os vais a descansar.
- A mi me parece una buena idea.- opino Crist comprensiva.- A tu hermano le han dado una paliza y todavía no lo has visto por mi culpa.
- No digas eso..
- Si, es así.. no lo has visto por estar conmigo, por que me notas que estoy mal.. pero eso tiene que pasar y ya esta.. Yo tengo que dejar de ser egoísta y pensar solo en mi… Si yo tuviese algún hermano y le hubiese pasado algo así no se si hubiera aguantado tanto sin verlo…
- ¿Estas segura de lo que dices, mi niña? .- le preguntó con dulzura.
- Completamente, ve con Leonardo, quizás todavía podáis verlos.
Ismael le dio un fuerte abrazo a Crist, se retiro y se despidieron levemente, Leonardo arranco la moto y se marcharon al hospital. Las dos chicas se quedaron sentadas en el balancín que había en el porche de la casa ante el jardín.
- Aurora, ¿Cómo se lo voy a decir a mi madre?
- ¿Decir que?
- Lo de mis abuelos…
- No se… pero no lo pienses ahora, cuando pase ya encontraremos la forma mas sencilla de hacer las cosas.
- ¿Tu crees?... estoy hecha un lío.
- Estoy segura… no te preocupes.
Crist se acurruco en su amiga y esta la abrazo sin palabras.

Llegaron al hospital y le dejaron subir a la planta donde estaban los dos. En el dormitorio estaban los padres de Leonardo y Alejandra. Alejandra se removía en un sueño extraño algo nerviosa mientras que Rodrigo la miraba inquieto.
- Hermano…- empezó casi sin voz Ismael al verlo en tan lamentable estado.
- Hola enano.- Pronuncio este con dificultad.- Me alegro de verte sano…
- ¿Y tu como estas?
- Algo dolorido, esto en dos días se me ha pasado.
- Te veo muy optimista.
- Ismael.- Llamo la madre.- Me gustaría hablar contigo un momento.
Ismael se quedo un poco extrañado y salió con ella de la habitación.
- Tendríamos que informar a tus padres de esto.- Empezó la mujer.- Mas tu hermano ha insistido en que no hace falta, dice que ha sido un acontecimiento sin importancia, que él se encuentra bien.. aunque yo sigo pensando que…
- Si Rodrigo piensa que no es tan preocupante la cosa vamos a dejarla estar.- Dijo Ismael con convicción.- Si vemos que la cosa empeora entonces yo mismo los llamare.
- Es que me siento mal no informando de esto, nosotros somos responsables de vuestro bienestar cuando estáis en casa y..
- Lucia.. ya somos bastante mayores para cuidar de nosotros mismos, no es como cuando éramos pequeños que si estabais encima de todos. Confía en mi.
La mujer afirmo con la cabeza.
- Así se ha de hacer, lo dejo a tu elección y a la de tu hermano.
Los dos entraron y el padre de los chicos cogió a su mujer de la mano.
- Vamos a ir a tomarnos algo a la cafetería, ¿Os quedáis con ellos mientras?
- Sin problema papa.
- Muy bien.
Salieron de allí y se sentaron los dos al lado de los pachuchos.
- Ismael, desembucha… ¿Qué os ha pasado a vosotros?, por qué a pesar de estar de una pieza se que os ha pasado algo.
Ismael sonrió.
- A pesar de todo sigues siendo un cotilla de mucho cuidao.
- Ya me conoces, soy peor que algunas mujeres.
Ismael empezó a relatarle con pelos y señales todo lo que le había acontecido con Crist y Alejandra mientras que Leonardo no le quitaba la vista de encima a su hermana, tuvo un repentino impulso y le cogió la mano que la tenía algo fría. Al contacto Alejandra pareció salir por un ratito de su ensueño, dio un grito que corto el relato de Ismael, se echo la mano libre al cuello y suspiro. Todos se quedaron mirándola e Ismael noto un escozor repentino en el cuello al mismo momento que ella se echaba la mano al suyo, un pequeño quejido salio de su garganta y todo paso. Alejandra se relajo, bajo lentamente la mano y entro en un tranquilo sueño.
- ¿Qué le ha pasado? .- preguntó Rodrigo.
- Un pinchazo en el cuello, un escozor, algo así…
- A ti te ha pasado también.- Observo Rodrigo.
- Si, a la misma vez que ella… y no se por qué.
Leonardo estaba pálido, al darle la mano había notado una presencia extraña sobre su hermana que la tenía como cautiva, mas al contacto de él había escapado como una exhalación… más de eso no dijo nada, no quería preocupar a sus compañeros.

Aurora estaba sumida en una tranquilidad placentera después de un día tan ajetreado. Tumbada en el sofá, con Crist prácticamente durmiendo en su regazo, con los ojos cerrados. Cuando lo notó, vio la sombra en la ventana durante un segundo, una sombra que había intuido Leonardo durante un segundo y en ese momento le había transmitido a ella…

- No hace falta que te quedes aquí.- Discutió Lucia con su marido.- Vete con Leonardo y Fran e iros a descansar, mañana venís temprano. Si pasa algo os llamo a casa.
Los tres se salieron a regañadientes.
- ¿Qué vas a hacer? .- Le preguntó Leonardo a Ismael.
- Pues voy a quedarme contigo, no me atrevo a quedarme solo en el hotel y bueno, ya sabes que no es bueno que estemos separados.
- Bien, pero yo tengo que hablar con mi padre sobre… cosas…
- También me puedo ir con las chicas, aún no es tan tarde, supongo que no estarán durmiendo..
Leonardo se quedo un rato pensando.
- Creo que te voy a necesitar después de esa charla, no se que me voy a encontrar.
- Lo que quieras, para eso estamos los amigos.
- Gracias.
Se montaron en la moto y se marcharon para el chalet.

- Papa… quisiera hablar contigo.
El padre lo miro y adivino algo indefinido en la mirada de su hijo.
- Hablemos.
Se salieron al jardín y se sentaron en un banco.
- Tu dirás, hijo.
Leonardo pensó un poco, tenía que elegir bien las palabras.
- Es sobre la abuela.- Comenzó con cautela.- Me gustaría que me dijeras la verdad.
- ¿La verdad? … Pues que murió antes de que conociera a tu madre, eso es todo.
- Es que nunca no has enseñado una foto de ella… ni del abuelo. Me gustaría ver alguna, ir contigo a visitar su tumba, llevarle unas flores…
- ¿Por qué ahora? .- Le cortó.
- Pues por qué hoy hemos estado con los abuelos de Crist y ellos nos han dicho que la abuela esta viva. – Soltó a la carrerilla y casi sin esperar esas palabras.
- Es eso… ahora comprendo lo de tu hermana.- Suspiro.- Al menos tu no te has dado a la bebida y has sido mas sensato.
- Dime que los abuelos de Crist me han mentido… que tu nunca lo has hecho… necesito saber que tu nunca…
- ¿Quién es Crist?... ¿Quiénes….- cayo un segundo y cambio la pregunta.- ¿Dónde viven esas personas?... ¿Lo sabes?
- Si, enfrente de la casa, enfrente de la casa que se supone esta maldita.
- Los guardianes.- susurro.- Creo que ha llegado el momento de decirte la verdad, Leonardo.- Miro a su hijo de frente.- Desde que los abuelos de tu amiga te dijeron eso yo se que en tu corazón has manejado la verdad, aunque como me has dicho has deseado que la verdad fuera mentira para mantener la mía. Tu abuela hace muchos años, antes de que yo conociera a tu madre, me contó una historia, la historia de nuestra maldición, me hizo comprender que teníamos que estar alejados. Como llore, pues para todos ella tenía que morir y desde entonces he tenido que decir eso. Me dijo que un día me casaría, que tendría dos hijos, un niño y una niña y que los tendría que proteger hasta el día en que se reencontrara con los guardianes. Ese día ha sido hoy, por lo que se ve, con lo cual solo puedo decirte lo que ella me dijo: “Cuando pregunten por mi tu solo le dices que busquen la luna y me encontraran”. No se aún lo que eso significa pero…
- Luna… claro…
- ¿Qué esta tan claro?
- Ya se donde tengo que buscar.- La cara de Leonardo se ilumino por completo.
- Me dijo algo mas, me dijo que tendríais que ir todos juntos en su búsqueda y que os enlazarais para tal fin.


Se habían quedado dormidas en el sofá del salón cuando un grito salido de la garganta de Crist las despertó a las dos.
- Aurora… Aurora… ¡lo he visto!
- ¿Qué has visto?
- El accidente… ha sido en la carretera antigua, donde deje a Ismael hoy tirado.
- ¿Accidente?...
- Mis abuelos, se acaban de salir de la carretera con el seiscientos y se han matado.- Estaba templando.- Tenemos que ir, ¡Ahora!
- Crist tranquilízate.. abra sido una pesadilla que has tenido.
- No Aurora, ha sido real… lo se…
- Crist, hemos tenido muchas emociones hoy, estoy segura de que ha sido …
- ¡QUE NO! … ¡QUE SE HAN MATAO LOS DOS EN LA CURVA DE LA CARRETERA ANTIGUA DONDE DEJE HOY A ISMAEL TIRADO! – Grito Crist fuera de si toda alterada.
- Pues si eso ha sido así ya mismo avisaran de algo… tendremos que espe..
- ¿ESPERAR? .- Le cortó enfadada.- POR ALLI NO PASA NADIE… TENEMOS QUE IR! .
- Crist, aunque parezca una locura creo que es mejor quedarnos aquí… si ha pasado algo estoy segura de que pronto nos avisaran. No creó que sea bueno que seas tu quien vea esa imagen y te quedes con ella para siempre.
- AURORA!!! COMO PUEDES..
- Crist.- Le cogió las manos con fuerza.- Tienes que confiar en mi.
Crist se debatió durante un rato por soltarse de las manos de su amiga y de pronto se aflojaron, de nuevo le vinieron las lágrimas.. quizás su amiga tenía razón, era mejor esperar… deseo que aquello fuera lo que su amiga decía, una mala pesadilla.

Luna ponía unas copas en una de las mesas. Esa noche había mucha gente y estaba el ambiente animado. Sintió una suave brisa en el rostro y cerró durante unos segundos los ojos. Volvió tranquila a la barra y se dirigió al teléfono. Marco y espero un poco a que una voz masculina le contestase.
- Comisaría de policía, ¿En que puedo ayudarle?
- Buenas noches capitán Dual, soy Luna.
- ¿Qué pasa Luna?
- Deberíais de daros un paseo por la carretera antigua de la Concha, he tenido un presentimiento.
- Ahora mismo mandare a uno de mis chicos.
- Gracias Capitán, buenas noches.
Colgó e inmediatamente mando una patrulla a darse un paseito por aquella intransitada carretera. Luna suspiro y sonrió, se dirigió a otra mesa y siguió sirviendo copas.


2 comentarios:

noeli dijo...

buaaaaaaaaaaaa, lloro porque se acaba el relato y por los abueltios de cris, anda que.. jajaja :D, cada vez se pone mejor y mejor, cariño, perdona mi retraso pero ya toy aqui, muchos besos y graciasssssss, i love youu artista

Ana dijo...

La verdad es que se te echa de menos y mas contando que eres una de las pocas personas que eres fiel siempre a dejarme un comentario, pero no te preocupes, pronto habra continuación.. eso si, dame unos días que estoy relajandome.
Besos!