martes, 29 de diciembre de 2009

Las Campanadas

Llego el momento culmen de la noche, toda la familia estaba ante la tele esperando las campanadas que anunciarían un nuevo año. Bajo la bola, sonaron los cuartos y…..
TOM!!!!.... Que mis hijos estén bien el próximo año..

TOM!!!... Que mi familia este bien el próximo año.

TOM!!!... Que a pesar de la crisis no me falte el trabajo.

TOM!!!... Quiero perder esos kilitos de más.

TOM!!!... Paciencia y comprensión para las situaciones difíciles.

TOM!!!... Que mi marido…..

TOM!!!... ……………….

TOM!!!... ……………….

TOM!!!... ………………

TOM!!!... ……………….

TOM!!!... ……………….

TOM!!!... Que mi marido………….

Empezó a tomar las uvas y a cada una formulo un deseo rápidamente…

TOM!!.... Salud para mis hijos

TOM!!…. Salud para mi familia

TOM!!…. Trabajo

TOM!!…. Dinero, que no falte.

TOM!!... Amistad

TOM!!... Que mi mujer….

TOM!!... Que mi mujer…

TOM!!... Que ella….

La miro de reojo y comía las uvas mecánicamente.

TOM!!....... ……………….

TOM!!... ………………

TOM!!.... ………si………

TOM!!.... ….Me vuelva a querer………..

Acabaron las campanadas y empezaron a destapar las botellas de champán con alegría. Su hermana le dio un beso a su esposo con alegría, ellos se miraron y él en un arrebato de incomprensión le dio un beso en los labios… ¡que dulce fue!.... Los niños probaron unas gotitas de aquel licor espumoso que tanto le gustaba a los mayores y cuando aquella loca euforía paso, apartaron la mesa a un lateral del salón, se puso música y empezaron a bailar. Los abuelos se echaron un par de pasodobles y a las dos y media se retiraron a descansar. Para las tres y media los tres primos se marcharon también a dormir y ya solo quedaron las dos parejas y su hermano Juan en el salón.
Pablo vio como su hermana se acomodaba en el regazo de su marido, miro a su esposa y deseo que ella hiciera lo mismo, aunque esta se sentó a su lado y de forma simbólica le dio la mano, para hacer ver a los demás que todo iba bien.
- Bueno Juan, ¿Y tu que? .- pregunto Mónica con desparpajo.
- Yo estoy muy a gusto así, soltero y sin compromiso.
- ¿Y vosotros?
Pablo parecio volver de un sueño, estaba distraído con toda aquella conversación.
- ¿Nosotros?
- Si, ¿Qué os contáis?
- Pues nada, ya ves…..
La mujer le cortó y empezaron a charlar animadamente las dos mujeres. Él al final se levanto y se marcho con su cuñado y su hermano a hablar de otras cosas….

Amanecía y su esposa dormía tranquila a su lado. Pablo se vistió con temor de despertarla, salio fuera y el frió del nuevo año le azoto la cara despejándolo del todo… ¿Qué cosas le traería?.... Notó un pequeño pinchazo en su interior, quizás algo de amor??..

martes, 22 de diciembre de 2009

Navidad

Descendieron del coche super felices, era Nochebuena, la noche en la cual se juntaban con la familia. Los niños no esperaron a sus padres, estaban deseosos de ver a los abuelos que los esperaban con los brazos abiertos en la entrada de la casa. Lucia y Pablo respiraron hondo y se cogieron de la mano. Avanzaron tranquilamente hasta la puerta y cuando la traspasaron ya había llegado la mayoría de la familia. Hermanos, cuñados, sobrinos, abuelos, todos con cara de felicidad.. bueno, quizás unos mas que otros.
Los hombres se quedaron en la salita con el abuelo hablando de muchas cosas, todas las mujeres se marcharon con la abuela a la cocina a terminar de preparar la mesa, la comida y refinar los detalles. He dicho antes que todos los hombres se quedaron en el salón... todos no... Antonio, le gustaba mas estar en la cocina, preparando deliciosos aperitivos y su tradicional tarta navideña. Le encantaba estar entre sus hermanas y sus cuñadas al lado de su madre y oír los cotilleos que volaban por la amplia cocina.
Los chiquillos se iban a la gran habitación de juegos, donde la abuela tenia una gran colección de juguetes antiguos y donde residía el gran baúl, un baúl en el cual siempre encontraban cosas con las que pasárselo bien.
Todo estaba perfecto en el comedor, la abuela cogió su campana especial de Navidad y la hizo sonar en todas las estancias. Primero en la de los mas pequeños, después en el salón.
La cena estaba como siempre llena de dulce ambrosía y todos comieron copiosamente. A las once y media esta había terminado, con lo cual todos se abrigaron lo mejor posible y se marcharon para la iglesia, el Mesías nacía esa noche y había que celebrarlo como Dios manda, en la misa del gallo.
Cuando llegaron a casa la abuela encendió las velas ante el nacimiento que residía en el salón. Saco la guitarra y todos se sentaron en corro ante el Belén. Cantaron villancicos, bailaron sevillanas, tomaron turrón, mantecados, sidra y champán, los mas pequeñas se les permitia un licor de mora sin alcohol, y la noche dio paso a la madrugada. Poco a poco el sueño y el cansancio fue haciendo mella en todos y los últimos que se acostaron, como siempre, fueron el abuelo y la abuela, pues a pesar de todos eran los que mas aguantaban la juerga.
Al siguiente día, día de Navidad, poco a poco la casa fue despertando y para la hora de la comida estaban todos de nuevo sentados en la gran mesa de comedor. La comida fue mas ligera, pues cualquiera se daba otro atracón. El día transcurrió mas tranquilo, no faltaron de nuevo los villancicos, ni la guitarra, ni la pandereta. Al caer la tarde todos se despidieron y cada uno volvió a su casa, a su rutina. Los niños eran los que peor llevaban aquello, pues los juegos en la casa de la abuela siempre eran especiales.
Lucia y Pablo salieron del coche con sus dos hijos, subieron al piso y al pasar el umbral la cara de felicidad se desdibujo. Habían sobrevivido un año mas, un año mas llevando la mascara de que todo iba bien, de que no pasaba nada, aunque en su interior sabían que su amor estaba roto para siempre.

viernes, 4 de diciembre de 2009

Nunca..nunca...nunca...

Llueve, y entre la lluvia se mezclan mis lagrimas. En los charcos veo tu reflejo una y otra vez. Camino sin rumbo y mis pasos me llevan otra vez a ti, a tus sitios, a tus rincones, a tus secretos.
Dicen que para olvidar se bebe… ¿beber?... ¿para que?.
Dicen que para olvidar lo mejor es la distancia… ¿Distanciarse?.. ¿De que?.
No quiero beber, no quiero emborronar tu recuerdo en un alcohol absurdo que solo me producida vomitos de miseria y desesperación.
No quiero huir, no quiero irme lejos para no encontrarte… al final volveré y me cruzaré contigo de nuevo.
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Mi alma se pierde en la oscuridad. No veo ya. Me he detenido ante la puerta de tu casa y quiero verte aunque se que me romperé como un cristal en mil pedazos. Mas…. ¿Qué me queda ya?... La nada se apodera de mi como una vez lo hizo en Fantasía (*). Se que pronto habré desaparecido para siempre, pues, si no vivo para ti, ¿para que vivir?
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Te veo salir al fin, preciosa, como siempre. Tu luz me ciega y mi corazón se desboca sin control. Me ves y te aproximas sonriente con paso decidido. Paseamos por el parque, tomamos un café, me cuentas tu confidencias y cada palabra tuya me destroza por dentro… Si supieras mis pensamientos, mis sentimientos… pero eso es algo que tu nunca debes de saber.
A medio café se acerca él, es guapo, alto, atractivo… ¿Cómo no te vas a enamorar de alguien así?. Tu sonríes aun mas todavía, alborozada me das un beso en la mejillas y te veo marcharte con él.
Amiga, mi mejor amiga… eso me dices siempre que soy… y yo, triste de mi, te veo como mi compañera ideal, como mi media naranja… pues se que… estoy totalmente enamorada de ti.

Te veo salir del local, y mi mundo vuelve de nuevo a la oscuridad.
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*Fantasía es el mundo que Michael Ende creo en su libro “La historia interminable”



lunes, 30 de noviembre de 2009

El despertar

Llego y entró precipitadamente a la casa, estaba nerviosa pues presentía que algo estaba a punto de estallar. De la cocina salía un delicioso olor que envolvía la estancia. Entró en la misma y vio a María que sacaba algo del horno.
- María, ¿Ha llegado ya Leonardo?
- No, pero no creó que tarde en llegar, cuando me llamo le dije a la hora que me habías dicho que querías comer.
- ¿Te ha llamado?... ¿le dijiste que me llamara?
- Si… ¿No lo ha hecho?
Rosa miro el móvil nerviosa y vio una llamada perdida de su marido, seguramente habría sido en la steticien y no se había dado cuenta hasta ese momento.
- Pues…- el sonido de un coche le corto la conversación. – …Ya esta entrando.- dudo un instante.- Dile que estoy en la piscina tomando un aperitivo… ¿Tienes algo preparado?
María sonrío con tranquilidad.
- Siempre tengo algo, anda ve y ya voy yo con algo dentro de un momento.
Rosa se sentó algo alterada en el porche que daba a la piscina, María llego al momento con una cerveza bien fresquita y un buen plato de jamón y queso.
- Gracias María.
María sonrío y entró de nuevo hacía dentro. Pasaron cinco largos minutos, para Rosa aquella fue quizás una de las esperas mas largas de su vida. Estaba dando la espalda a la puerta de acceso, mirando hacia el jardín e intentando relajarse en las aguas tranquilas y cristalinas de su piscina. Oyó pasos acercándose… pero no solo los típicos de su esposo… si no los de alguien mas, quizás fuera María para traerle a él también una refrescante cerveza… aunque tampoco sonaba a los de María…
- Rosa…- su nombre fue nombrado a la misma vez que notaba la calida mano de su amado en el hombro. Se estremeció al contacto.- …te he llamado y no me has contestado.
Rosa se levanto y se dio la vuelta. Se quedo petrificada, no lo podía creer.. Era la mujer que había descrito su “amiga” y estaba allí en su casa, con su marido… pero esa cara le sonaba muchísimo..
- Te presento a Julia, no se si te acordaras de ella.
Julia… la pesadilla había vuelto después de tantos años, otra vez ella. Noto que le subía un potente ataque de celos, un ataque que le hacía gracia pensar que resultaba ser de adolescentes… y ahora si la recordó, pero en aquel periodo en que visitaba a sus hijos no supo porque nunca la había relacionado con la “Julia de su marido”… fue la pediatra de sus cinco hijos. Entonces el subidon se le vino de pronto abajo, pues la recordaba como una mujer fiel a su marido, fiel hasta la muerte, no en vano mas de una vez había ido a su consulta con signos claros y evidentes de mujer maltratada. Moratones en los brazos, en la cara, el labio partido. Recordó con claridad una de aquellas veces en las que visito a una de sus niñas que llevaba un ojo prácticamente cerrado por un golpe, esa vez ella misma la acompaño a la sala de curas para que se lo mirasen y se lo curasen. En la sala de curas le hicieron preguntas, la examinaron delante de ella y al descubrir algunas partes de su cuerpo encontraron más moratones. Julia solo dijo que se había caído en su casa, nadie de los que se encontraban en ese momento en la sala se creyó aquella versión. Aquella noche Rosa se planteo la buena y placentera que era su vida, lo maravilloso que era su marido y se sintió intensamente afortunada. Al recordar todo aquello le dio un pinchazo el corazón, pues se acordó del albañil y de su pacto para no encontrarse, se imagino la soledad que podría haber tenido esa mujer sometida al yugo de aquella bestia… pues no podía tener ni siquiera un nombre alguien así. Se sintió culpable, pues quizás si en aquel momento no se hubiera dejado llevar por esos celos hubiese acudido a su amigo para salir de esa situación… como siempre le había contado Leonardo.. Julia era como su alma gemela, siempre había sido así.
- Rosa, cariño… ¿te pasa algo?
Rosa volvió de todos sus pensamientos, de sus reflexiones.
- No…. no me pasa nada.- pasaron unos segundos mas.- Es que me acuerdo de ella… quizás demasiado bien.- hizo una pausa.- Sobre todo porque tuve a tus cinco hijos conmigo en pediatría.
- Bueno, en realidad tengo nueve hijos… usted me ha llevado a los cinco mas pequeños.
- ¿Y su marido?.- el maltratador pensó.- ¿Cómo se encuentra?
- Murió.. Y en realidad estaba tan desesperada que lo único que se me ocurrió fue llamar a su marido.- bajo la voz, como avergonzada.- Es que antes era mi mejor amigo… siento mi atrevimiento, quizás no debería..
- Mi marido es el hombre mas maravilloso del mundo.- Sonrió al añadir.- Ha hecho muy bien en llamarle. Él a pesar de los años que han pasado ha sabido responder sin dudarlo un momento.
Leonardo se quedo algo sorprendido por las palabras de su mujer, llevaban tanto tiempo sin hablar que los halagos recibidos habían sido como un chorro de agua fresca. Miro a su mujer con ojos nuevos, llenos de esperanza, de amor, de algo que creía perdido en algún rincón de su alma. Ella le devolvió la mirada con una felicidad encontrada en unos segundos de celo y de comprensión. Aquello que pensaban evaporado y se lo había llevado el viento del olvido de alguna manera renació en sus corazones. Quizás necesitaban una chispa, un motivo, y ese motivo llevaba el nombre de Julia.
- Entonces…- dijo tímidamente Julia.
- ..Que me alegro de que haya llegado hoy a mi casa. De que haya tenido el acierto de llamar, de que este aquí para comer con nosotros.- Rosa parecía otra, había luz en sus ojos, la luz de la esperanza.- Pasemos al salón, se me ha abierto el apetito.
Los tres pasaron a un salón donde esperaban verdaderas ambrosías y disfrutaron de ellas con deleite. La velada se alargo. Por primera vez, después de algunos años, la cena la hicieron en casa. Esta fue preparada con esmero por una renovada y agradecida Julia que tenía el don de la cocina. La madrugada los pillo con una copa de champán en la mano brindando por la amistad, por la amistad verdadera. Julia se sintió arropada por aquellas dos personas maravillosas, y supo que ya nunca más estaría sola.
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Entro al dormitorio después de haberla llevado a casa y su esposa la esperaba con una adorable sonrisa.
- Sabes que…
- ¿Qué?
- Sentí celos cuando te vi con ella y comprendí que no todo estaba perdido cuando note tu mirada de sorpresa en mí.
Él no contesto, la beso como si fuera la primera vez y sintió los mismos nervios que su primera vez en la noche de bodas. Notó que ella temblaba entre sus brazos y una pasión que creía desaparecida para siempre lo invadió todo.

Los primeros rayos del amanecer se colaron por la ventana y sobre el lecho, abrazados, recibían la calidez de una segunda luna de miel.




lunes, 16 de noviembre de 2009

Reflexiones

Aquella incordiosa mujer se marcho después de preguntar por la familia. Julia estaba algo preocupada y Leonardo se dio cuenta enseguida.
- ¿Que te pasa?
- La has visto, es la típica cotilla con lengua bífida.
- Si... es una conocida nuestra.. de estas mujeres que van a todas las fiestas y cenas importantes.
- ¿Y lo dices tan tranquilo?... Sabes a que ha venido, ¿verdad?... Si ve a tu mujer, que hará por verla, le dirá que te ha visto conmigo.
- No me preocupa.- Su voz sonó algo apagada.
Julia lo miro intensamente.
- Es cierto... todo el rato he estado hablando de mi y de mis cosas... pero tu... tu no me has contado nada.
- No tengo mucho que contar.- sonrió, pero se notaba que su sonrisa era forzada.- Antes, cuando no teníamos casi nada, cuando todo era luchar por los hijos, por salir hacia adelante sentía algo especial dentro, y ella también. La vida nos vino muy buena, ya ves. Todo se calmo, no teníamos problemas económicos ni de ningún tipo, nada.- hizo una pausa y suspiro.- La vida se convirtió en una rutina, trabajar, planear todos los años una super vacaciones juntos para visitar sitios extraordinarios. Quizás eso fue lo que mas disfrutabamos, esos diez días en todos los rincones que siempre quisimos visitar... Roma, París, Egipto. Nos íbamos los seis y eran unos días intensos, grandiosos, los mejores.- su rostro se había iluminado por momentos.- Ver las caras de nuestros hijos descubriendo mundo, ver la cara de Rosa realizando sus sueños... - de nuevo volvió la sombra.- mas todo paso... los niños se hicieron mayores, se agotaron los destinos.. ahora vivimos cómodamente en casa, salimos todas las noches a cenar fuera y no hablamos nada practicamente.. nuestra vida es tan rutinaria. Ella sufre de insomnio y lo combate haciendo largos en la piscina. Anoche cuando me llamaste dormía en la hamaca, no la moleste.
- ¿No sabe nada de ti desde anoche?... debe de estar preocupada.
- No creo, además, radio cotilla seguro que le informa en el gimnasio de que me ha visto contigo.
- Puede pensar que tienes un lió... puede pensar...
- Quizás... ¿pero tu crees que le afectara?.... Yo creo que ya nuestra convivencia se ha convertido en un saber estar, pero todo se ha perdido... todo...
Hubo un largo silencio y Julia le dio un sorbo a su café. Su amigo se había perdido en una jungla en que los sentimientos se evaporaban sin duda.
- ¿Si ella tuviese un lió a ti te importaría?
El dudo un buen rato antes de contestar.
- Creo que si.
- ¿Crees?
Se encogió de hombros. El silencio se hizo embarazoso, Julia se mordió el labio y se dio cuenta de lo agrietado que lo tenía.
- Sabes.... te voy a invitar a comer a casa.
- ¿Como? ... no creo que eso sea apropiado.
Leonardo cogió el móvil y busco rápidamente un número al cual contestaron de momento.
- María, ¿estas haciendo la comida?... Bien, añade un poco mas, tenemos invitada... si, ahora la llamare, no te preocupes.- colgó.- Hoy te vienes a comer a casa.
Julia se quedo muda, mas, ¿que podía hacer?... al fin y al cabo nadie la esperaba en casa.

viernes, 30 de octubre de 2009

El Angel


Se despertó y se dio cuenta de que estaba destapada, noto el frió por todo su cuerpo y un estremecimiento hizo que se encogiera en posición fetal. Ella no sabía como se había destapado pero lo que si sabia es que era demasiado pequeña para saber taparse sola. Otro escalofrío, otro tiritón... lloro.


"La niña" pensó mientras daba un salto de la cama. Se enfundo las zapatillas de andar por casa y se encamino al dormitorio.


Oyó la voz aquella que tanto le gustaba, que la acariciaba y la tranquilizaba al instante. Se sintió transportada y acurrucada entre unos fuertes brazos, y allí, al alcance de su boquita, la ambrosía que la volvía loca. No tenia hambre, pero un traguito no le iba a hacer mal. Mientras bebía sintió que el sueño la invadía por completo y sus ojos cayeron pesadamente, su cuerpo se aflojo y quedo suspendida en aquel trance.
"Se ha dormido"... La acostó en la cama, la tapo bien para que no pasara frió.. y entonces se dio cuenta de que su pequeñita quizás le había pasado eso, el frió. Le remetió la sabanitas para que no se destapara de nuevo y le dio un besito antes de volverse a su cama. Su marido dormia placidamente, todo estaba en orden.

Oyó un tintineo, era algo que no había oído antes. Se despertó y estaba en su dormitorio, en su camita. Una tenue luz iluminaba un poco el cuarto, y entonces se dio cuenta. Sentado a su lado había un niño, era mas grande que el que llamaban su hermano. Tenía una cara redondeada, le parecio agradable. Vestía una túnica blanca e irradiaba luz propia, una luz algo mas fuerte que la de la lamparita que iluminaba la estancia.
- Hola.- Le saludo el chiquillo.
Ella no entendía aun muy bien las cosas que le decían su mama, su papa, su hermanito.. pero a él lo entendió enseguida, sabía que le estaba saludando.
- Hola.- contesto ella sorprendida de que pudiera hablar.- ¿Quien eres?
- Soy un ángel.
- ¿Un ángel?... ¿y de donde vienes?
- Del reino de Dios.. me fui hace unos años a el, y al poco recibí mis alas y me mandaron para proteger a las personas.
- ¿Proteger a las personas?
- Los ángeles estamos siempre volando de aquí para allá, estamos cerca de las personas que queremos. Los protegemos, los ayudamos y cuando llega el momento de que se vengan con nosotros les cogemos de la mano y los guiamos para que no se pierdan en el camino.
- ¡Oh!... ¡Que gran misión tenéis!.. sera agotador.
- La verdad es que no, pues cuando eres un ángel ya no tienes cansancio, ni hambre, ni nada. A cada uno se nos encomienda a una o dos personas... pues hay muchos allá arriba.
La pequeña reflexiono de estas cosas y al fin pregunto.
- ¿Tu eres mi ángel?
El sonrió con plenitud y la pregunta quedo contestada.
- A partir de hoy viviré en ti siempre. Tu ya no me volverás a ver pero yo te protegeré...
- ¿Por que no te podre volver a ver?
- Por que solo me esta permitido que me veas una vez, en esta noche tan especial como la de hoy.
- ¿Que le pasa a la noche?
- Esta noche es la noche de los difuntos, es la noche en que se recuerdan , en los que se reza por ellos... por eso es la noche elegida para verlos entre sueños. Los ángeles tenemos permiso para aparecernos a los que protegemos.. pero eso si, si ellos nos quieren ver... como tu hoy.
- Yo te quiero ver siempre.
- Y siempre me veras en tu corazón.- sonrió de nuevo.- Ahora duerme, y no te preocupes, siempre habrá alguien que te recuerde que yo estoy contigo.
La beso tiernamente en la frente y la pequeña entro de nuevo en un profundo sueño.

Dedicado al Ángel que se que vela por mis hijos.

martes, 20 de octubre de 2009

JULIA

Llego al gimnasio y se dispuso a hacer 10 minutos de bicicleta, así calentaría un poco antes de entrar a la clase de Step. Se metió los pequeños auriculares y conecto el MP3. La música del Dúo Dinámico empezó a sonar, pensó que si cualquiera de los chicos y chicas que había por allí supiera lo que escuchaba mientras le daba a la bicicleta se reiría de ella, "que carca... el Dúo Dinámico".. pero a ella le gustaba escuchar "Bailando Twist, quince años tiene mi amor, Lolita...", pues claro esta, para darle al pedal no se iba a enchufar precisamente las baladas. La música tan moderna que ponían en clase de step y aerobit no le desagradaba, pero no era igual. En un concierto del Dúo Dinámico precisamente recibió el primer beso de su marido, estaban cogidos de la mano, y cuando pronuncio en la canción amor misterioso la frase "Yo se que ese amor misterioso, un día me hará muy dichoso"... se miraron y él la beso... todo cambio, fue mágico. Los misterios se fueron velando con el tiempo y ahora... después de tanto tiempo el misterio había vuelto a su vida esa mañana.. ¿donde estaría?. Se concentro en la música de nuevo, "Lolita, tu tienes una forma de bailar que me fascina..."... "Lolita, contigo yo quisiera disfrutar, toda la vida".. empezó a tararear mentalmente hasta que solo se quedo aquel ritmo en su cabeza, así era mas fácil poner a tono sus músculos.
Algo la saco de aquella grata concentración que había pillado, salio inesperadamente de la música cuando de nuevo alguien le daba en el hombro. Miro alrededor y la vio allí, sonriente y moviendo la boca... seguro que le quería contar algún chisme de alguien. Era la tía mas cotilla que conocía en el gimnasio. Tenia un par de años menos y a pesar de estar rellenita se enfundaba en apretadas mallas y body negros, con unos calentadores estilo Eva Nasarre casi siempre de colores y unas impolucras zapatillas de deporte blancas. Tenía que reconocer que estaba en tan buena forma como ella, y sabía de buena tinta que despues del gimnasio muchas veces se marchaba a la cafetería que había escasamente a 200 metros y se zampaba un buen café con un pedazo de dulce... ¿De que te sirve tanto ejercicio?... le pregunto una vez que después de este se marcho con ella y la vio como embullia una gran napolitana... "Pues para quemar al menos lo que meto de mas"... así no engordo mas de la cuenta y me mantengo en mi linea.. "Dijo sonriente y de buen humor". Bueno, cada uno veía de una manera distinta el ejercicio pensó ella en aquella ocasión. Se saco uno de los pequeños auriculares de la oreja para saber que le tenía que contar esta vez la buena señora.
- Rosa... cariño... ¿Como estas?
- Bien.- Contesto esbozando una forzada sonrisa.
- Sabes, hacía tiempo que no coincidía contigo en el gimnasio.
Cierto pensó, por lo menos una semana.
- Es que he estado de vacaciones una semana, me fui a Roma.- Sonrió.- Y tu.. ¿no te vas de vacaciones?
- Pues por ahora no hemos pensado nada.
- Oye cariño...
A Rosa le reventaba aquel tono entre sensiblero y burlón.
- Seguís juntos, ¿verdad?
Esta vez Rosa se quedo a cuadros... ¿Se refería a su marido y a ella?.... Pues claro.
- Si.
- Oh Querida!!!!.- y puso cara de disgusto.- Entonces no tengo mas remedio que decírtelo.
Ese querida tan largo la preocupo, ¿le habría pasado algo a su marido y no le habían podido avisar?... recordó que el móvil se lo había dejado en la taquilla del vestuario.
- Esta mañana fui a desayunar a la cafetería Diamante, y vi algo horrible.- Se puso seria y su tono se volvió mas suave.- Tu marido estaba con otra mujer.
Rosa al pronto suspiro aliviada... ¡al menos estaba vivo! ...
- Pero chica... ¿que es ese suspiro?.. Te esta engañando con otra y tu suspiras como si tu hubiera dado una buena noticia.
- ¿Engañando?.- Dijo profundamente extrañada.- ¿Que hacían?
- Estaban juntos, desayunaban y charlaban como si estuvieran contándose cosas muy.- y bajo el tono.- intimas..
- ¿Y tu como sabes eso?
- Es evidente.- sonrió con suficiencia.- Esas cosas se notan a la lengua.
Rosa pensó que una persona tan cotilla como ella tendría que tener como un sexto sentido desarrollado para oler a distancia las clases de conversaciones de los demás.
- Además.- Su gesto se torció en una desagradable mueca.- Ella.. la mujer con la que estaba..- hizo una pausa significativa.- Yo no se tu marido... pero... no te llega ni al borde de la zapatilla.
- ¿Como?
- Si.- afirmo rotunda.- Algunas veces los hombres son tontos de capirote.- y volvió al tono misterioso.- Ella.... solo busca su dinero... es pobre.- sentencio.- Se nota a la lengua.
Rosa cada vez estaba mas confundida y su amiga continuaba.
- Sabes.- y se metió en los detalles.- Iba toda vestida de negro, pero la ropa se ve que es super vieja, estaba hasta algo descolorida.- Su tono cambio a puntillear el asco.- El pelo lo tiene largo, seguro.... recogido en un moño y blanco, como si no se hubiese echado un tinte en su vida. Esta flaca, casi mal nutrida... diría yo... y su rostro..
- ¿También le viste el rostro?
- Claro.- dijo en tono triunfal.- Que pensabas que no me iba a acercar a saludar a tu marido!!.. su rostro...- continuo.- Estaba lleno de arrugas. Vamos, que esa tía esta menos cuidada que na.. esa no sabe lo que es una crema hidratante ni nada que se le parezca.
Rosa tuvo una revelación repentina... JULIA!!

jueves, 15 de octubre de 2009

Amigo

Se miro al espejo y realmente estaba estupenda para tener 65 años. Sabía que muchas jovencitas en el gimnasio envidiavan tanto su tipo como su forma física, pero es que esa era una de las claves que la había mantenido en su linea, el ejercicio. Bajo las escaleras y María preparaba la comida que olía bastante bien.
- María.- esta miro para la procedencia de la voz.- Me voy al gimnasio y luego voy a la Steticien. Si viene Leonardo le dices que me llame.
- Vale.
- Volveré sobre las dos.
- Muy bien.
Fue hasta la cochera y jugueteo con el móvil en la mano antes de arrancar el coche.. ¿donde estaría?.. Definitivamente lo dejo en el manos libres del vehículo. No, no lo llamaría, él había sido el que se había marchado sin explicaciones.
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Un largo silencio acompaño a aquel primer rayo de sol que había entrado por la ventana. Los dos se miraban y por fin fue él quien rompió aquel encantamiento.
- Se ha pasado demasiado rápida la noche.
- La verdad es que te llame bastante tarde.
- ¿Y como tenias mi numero?
Ella sonrió como antaño.
- Recuerda que tu mujer fue la pediatra de cinco de mis hijos... pues una siempre guarda el número de su pediatra. La verdad es que dude si llamarte o no, pero me lance a la piscina.
- Como aquella noche en la alberca.
- Bueno, allí no dude... quizás quería seducirte.
Los dos se rieron como antaño. De pronto él se puso serio y pregunto.
- ¿En serio querías seducirme?
- Pues claro que no... tonto!.. ¡Eso lo hubiera echo con los ojos cerrados!, entonces no me habría casado con Antonio.
- No creo que fuese tan fácil el conquistarme.
- Para alguien que te conocía como yo, si.
Leonardo reflexiono sobre esas palabras, quizás tenía su amiga razón. Estaba cansado y entumecido, la verdad es que aquel pequeño salón no ofrecía la comodidades de su casa. El estomago le protesto y se dio cuenta de que él para ciertas cosas era como un reloj. Miro este y eran las siete de la mañana.
- Oye, ¿por qué no te cambias y nos vamos a desayunar?
- ¿Cambiarme?.- Su cara se torno algo triste.- Es la única ropa negra que tengo, estoy de luto.
Leonardo se quedo mudo. Por unos segundos su amiga de siempre había salido a la superficie, había oído incluso su risa desenfadada, más, la cruda realidad volvía como un porrazo. Ella había cambiado, no era la misma persona, la vida la había anulado por completo.
- Bueno, pues con esa ropa.
- No esta bien eso, ¿que pensara la gente?... ¿Lo enterré hace unos días y ya voy a salir alegremente a la calle y encima con otro hombre?.- las últimas palabras la dijo mirando para la mesa, como avergonzada.
Él se hizo cargo de lo grave de la situación, se levanto despacio y se inclino hacía ella, poco a poco le fue levantando la cara apoyando con suavidad sus dedos en la barbilla de su amiga. Cuando su mirada alcanzo sus ojos, su voz sonó suave, como una caricia.
- Mirame, no soy otro hombre, soy tu amigo de toda la vida.- sonrió con dulzura.- Tu amigo.- le recalco con firmeza.
- Mi único amigo.- dijo ella en un susurro.
Sin palabras la cogió de la mano y la levanto de la silla. Sin palabras la abrazo de nuevo y dejo que el abrazo fuera correspondido con fuerza. Dejo pasar el tiempo, el espacio se redujo de nuevo, nada esistia a su alrededor, solo eran ellos dos, abrazados, en una calidez de amistad que nunca había logrado con nadie, pensó en un segundo que ni siquiera con su propia mujer. Ellos eran especiales, eran distintos, eran únicos... y ahora ella se había roto por una fuerza inesperada en una espiral de acontecimientos que la habían vaciado por dentro. Tenia, sentía, y deseaba fervientemente ayudarla, estar a su lado. Un dolor sordo le sacudió el alma, un ahogo repentino le vino sin querer, ¿como había podido ser tan desprendido?... Si hubiera estado allí con ella quizás las cosas hubieran sido de otro modo... ¿quien sabe?... De pronto notó que algo le mojaba las mejillas, eran sus propias lágrimas.
Ella se separo de golpe y con su mano temblorosa le seco con cariño.
- No llores mi amigo, sabes que nuestras vidas tenían que ser así. - En su rostro una sonrisa sincera había aparecido por primera vez.- No hemos vuelto a encontrar, eso es lo importante.
El no contesto, ¿como había adivinado todo lo que pensaba?
- Siempre he sido algo brujilla contigo... - Cogió un llavero con tres llaves y se la echo al bolsillo de su pantalón.- ... además tu rostro es un libro abierto.
- Entonces..
- Tu abrazo me ha recordado que hay una vida fuera, que una vez fuimos jóvenes.- su rostro se torno un poco mas serio.- Y que hubo una época en que no me importaba nada el que dirán. Vámonos a desayunar, tenemos mucho de que hablar todavía.
Él le cedió el paso pero ella le cogió directamente la mano con fuerza.
- Vámonos Leo... tu invitas.
- ¡No me digas Leo!... - protesto como antaño.- y sobre la invitación, ¿acaso lo ponías en duda?.. Te voy a llevar a un sitio donde ponen unos desayunos para chuparse los dedos.
Los dos sonrieron y salieron de la casa con algo nuevo en sus corazones, la ilusión del reencuentro.

miércoles, 14 de octubre de 2009

Relato de Otoño!!

Bueno, pues aquí estoy. A través de los relatos me he dado cuenta de que necesito un espacio mas concreto para mis relatos, para que podáis seguirlo y tal.. así que aquí estoy, con la maleta al hombro llena de papeles inconcretos y que espero que poco a poco pueda ir ordenando en mi mente. No se si podre llevar dos blog a la vez.. pero vamos a intentarlo.. Bienvenidos todos y todas a mis nuevos relatos!!