lunes, 16 de noviembre de 2009

Reflexiones

Aquella incordiosa mujer se marcho después de preguntar por la familia. Julia estaba algo preocupada y Leonardo se dio cuenta enseguida.
- ¿Que te pasa?
- La has visto, es la típica cotilla con lengua bífida.
- Si... es una conocida nuestra.. de estas mujeres que van a todas las fiestas y cenas importantes.
- ¿Y lo dices tan tranquilo?... Sabes a que ha venido, ¿verdad?... Si ve a tu mujer, que hará por verla, le dirá que te ha visto conmigo.
- No me preocupa.- Su voz sonó algo apagada.
Julia lo miro intensamente.
- Es cierto... todo el rato he estado hablando de mi y de mis cosas... pero tu... tu no me has contado nada.
- No tengo mucho que contar.- sonrió, pero se notaba que su sonrisa era forzada.- Antes, cuando no teníamos casi nada, cuando todo era luchar por los hijos, por salir hacia adelante sentía algo especial dentro, y ella también. La vida nos vino muy buena, ya ves. Todo se calmo, no teníamos problemas económicos ni de ningún tipo, nada.- hizo una pausa y suspiro.- La vida se convirtió en una rutina, trabajar, planear todos los años una super vacaciones juntos para visitar sitios extraordinarios. Quizás eso fue lo que mas disfrutabamos, esos diez días en todos los rincones que siempre quisimos visitar... Roma, París, Egipto. Nos íbamos los seis y eran unos días intensos, grandiosos, los mejores.- su rostro se había iluminado por momentos.- Ver las caras de nuestros hijos descubriendo mundo, ver la cara de Rosa realizando sus sueños... - de nuevo volvió la sombra.- mas todo paso... los niños se hicieron mayores, se agotaron los destinos.. ahora vivimos cómodamente en casa, salimos todas las noches a cenar fuera y no hablamos nada practicamente.. nuestra vida es tan rutinaria. Ella sufre de insomnio y lo combate haciendo largos en la piscina. Anoche cuando me llamaste dormía en la hamaca, no la moleste.
- ¿No sabe nada de ti desde anoche?... debe de estar preocupada.
- No creo, además, radio cotilla seguro que le informa en el gimnasio de que me ha visto contigo.
- Puede pensar que tienes un lió... puede pensar...
- Quizás... ¿pero tu crees que le afectara?.... Yo creo que ya nuestra convivencia se ha convertido en un saber estar, pero todo se ha perdido... todo...
Hubo un largo silencio y Julia le dio un sorbo a su café. Su amigo se había perdido en una jungla en que los sentimientos se evaporaban sin duda.
- ¿Si ella tuviese un lió a ti te importaría?
El dudo un buen rato antes de contestar.
- Creo que si.
- ¿Crees?
Se encogió de hombros. El silencio se hizo embarazoso, Julia se mordió el labio y se dio cuenta de lo agrietado que lo tenía.
- Sabes.... te voy a invitar a comer a casa.
- ¿Como? ... no creo que eso sea apropiado.
Leonardo cogió el móvil y busco rápidamente un número al cual contestaron de momento.
- María, ¿estas haciendo la comida?... Bien, añade un poco mas, tenemos invitada... si, ahora la llamare, no te preocupes.- colgó.- Hoy te vienes a comer a casa.
Julia se quedo muda, mas, ¿que podía hacer?... al fin y al cabo nadie la esperaba en casa.

3 comentarios:

D´Paula dijo...

Maldita y traicionera rutina. El mejor antídoto son las nuevas ilusiones, el saberse, cada día, alguien especial que vive con alguien más especial todavía. Siempre queda mucho por vivir. Hay que extraer al máximo las nuevas sensaciones que nos ofrece la vida. Díselo al protagonista de tus reflexiones, díle que no desespere, díle que haga de cada gesto una nueva experiencia. Díle que cada día aumente su ansia de conquista, reconquista, enamoramiento eterno.
Un beso

Ana dijo...

Pues buena respuesta a lo que cuenta el prota... no se me habia ocurrido dar esa constentación a traves de su amiga... lo tendre en cuenta.
Un beso!

Ana dijo...

Pues buena respuesta a lo que cuenta el prota... no se me habia ocurrido dar esa constentación a traves de su amiga... lo tendre en cuenta.
Un beso!