viernes, 23 de julio de 2010

La casa de las Diez Ventanas

XVII


Se montaron los cuatro en el coche y decidieron ir a casa de la abuela de Crist. Después de llorar desconsoladamente Crist e Ismael habían estado hablando casi una hora y media, después en el balcón con Leonardo y Aurora se pusieron al corriente de todo lo acontecido. Cuando llegaron a la casa el pequeño seiscientos estaba fuera de la cochera. Crist se acerco a sus abuelos y estos estaban sonrientes, como siempre.
- Querida, que bueno que hayas llegado ya.- Saludo la anciana.
Crist se acerco a su abuela y la abrazo con energía.
- Veo que te has reconciliado con Ismael y que has empezado a ser de nuevo mi nieta de la que me siento tan orgullosa.
Crist no contesto, no tenía palabras ni voz. La anciana al verla tan silenciosa cayo también, la abrazo con fuerza y luego se despidió del resto.
- Nos vamos, pero no te preocupes, nos volveremos a ver.
Con estas palabras se montón en el pequeño Seiscientos, el abuelo de Crist le dio dos besos y la abrazo con fuerza también. Él estaba mas serio y no pudo decir nada, se montó al volante y los cuatro amigos vieron como se perdía el pequeño cochecito al doblar la esquina. A Crist se le inundaron los ojos de nuevo, tenía la certeza de que no los volvería a ver, aquella despedida era la última, la que se le tendría que quedar grabada para el resto de su vida. Sintió el calido abrazo de Ismael y entraron a la casa. Se acomodaron en salón y nadie decía nada. Ismael estaba junto a Crist y esta se refugiaba en su pecho, Leonardo se removía inquieto, Aurora lo observaba disimuladamente. Al igual que cuando pidió ayuda dentro de su corazón notó que sentía la necesidad de salir de allí, sintió la inquietud de unas preguntas que necesitaban una respuesta, y para hallarlas tendría que marchar, mas por otra parte quería ser solidario con aquella que en tan poco tiempo estaba viendo su mundo desvanecerse a sus pies y eso lo retenía. Aurora notó el mismo impulso loco que le hizo coger el coche sin mas…
- Leonardo, ¿Quieres que vayamos a ver a tu hermana al hospital?
Todos se quedaron un poco parados ante la pregunta de esta y Leonardo se quedo sorprendido.
- Creo que es algo tarde para las visitas.- Respondió él con lentitud.
Entonces un pequeño resorte saltó en Ismael.
- A mi me gustaría ver a mi hermano, la verdad es que no lo he dicho porque no quisiera ir solo, mas si vamos los cuat…
- Yo no voy.- cortó tajante Crist.- No tengo ganas de ir a ninguna parte.
- Entonces…- empezó Ismael.
- Vas con Leonardo y yo me quedó con Crist.- resolvió Aurora.- Luego, cuando terminéis os venís si queréis y si no os vais a descansar.
- A mi me parece una buena idea.- opino Crist comprensiva.- A tu hermano le han dado una paliza y todavía no lo has visto por mi culpa.
- No digas eso..
- Si, es así.. no lo has visto por estar conmigo, por que me notas que estoy mal.. pero eso tiene que pasar y ya esta.. Yo tengo que dejar de ser egoísta y pensar solo en mi… Si yo tuviese algún hermano y le hubiese pasado algo así no se si hubiera aguantado tanto sin verlo…
- ¿Estas segura de lo que dices, mi niña? .- le preguntó con dulzura.
- Completamente, ve con Leonardo, quizás todavía podáis verlos.
Ismael le dio un fuerte abrazo a Crist, se retiro y se despidieron levemente, Leonardo arranco la moto y se marcharon al hospital. Las dos chicas se quedaron sentadas en el balancín que había en el porche de la casa ante el jardín.
- Aurora, ¿Cómo se lo voy a decir a mi madre?
- ¿Decir que?
- Lo de mis abuelos…
- No se… pero no lo pienses ahora, cuando pase ya encontraremos la forma mas sencilla de hacer las cosas.
- ¿Tu crees?... estoy hecha un lío.
- Estoy segura… no te preocupes.
Crist se acurruco en su amiga y esta la abrazo sin palabras.

Llegaron al hospital y le dejaron subir a la planta donde estaban los dos. En el dormitorio estaban los padres de Leonardo y Alejandra. Alejandra se removía en un sueño extraño algo nerviosa mientras que Rodrigo la miraba inquieto.
- Hermano…- empezó casi sin voz Ismael al verlo en tan lamentable estado.
- Hola enano.- Pronuncio este con dificultad.- Me alegro de verte sano…
- ¿Y tu como estas?
- Algo dolorido, esto en dos días se me ha pasado.
- Te veo muy optimista.
- Ismael.- Llamo la madre.- Me gustaría hablar contigo un momento.
Ismael se quedo un poco extrañado y salió con ella de la habitación.
- Tendríamos que informar a tus padres de esto.- Empezó la mujer.- Mas tu hermano ha insistido en que no hace falta, dice que ha sido un acontecimiento sin importancia, que él se encuentra bien.. aunque yo sigo pensando que…
- Si Rodrigo piensa que no es tan preocupante la cosa vamos a dejarla estar.- Dijo Ismael con convicción.- Si vemos que la cosa empeora entonces yo mismo los llamare.
- Es que me siento mal no informando de esto, nosotros somos responsables de vuestro bienestar cuando estáis en casa y..
- Lucia.. ya somos bastante mayores para cuidar de nosotros mismos, no es como cuando éramos pequeños que si estabais encima de todos. Confía en mi.
La mujer afirmo con la cabeza.
- Así se ha de hacer, lo dejo a tu elección y a la de tu hermano.
Los dos entraron y el padre de los chicos cogió a su mujer de la mano.
- Vamos a ir a tomarnos algo a la cafetería, ¿Os quedáis con ellos mientras?
- Sin problema papa.
- Muy bien.
Salieron de allí y se sentaron los dos al lado de los pachuchos.
- Ismael, desembucha… ¿Qué os ha pasado a vosotros?, por qué a pesar de estar de una pieza se que os ha pasado algo.
Ismael sonrió.
- A pesar de todo sigues siendo un cotilla de mucho cuidao.
- Ya me conoces, soy peor que algunas mujeres.
Ismael empezó a relatarle con pelos y señales todo lo que le había acontecido con Crist y Alejandra mientras que Leonardo no le quitaba la vista de encima a su hermana, tuvo un repentino impulso y le cogió la mano que la tenía algo fría. Al contacto Alejandra pareció salir por un ratito de su ensueño, dio un grito que corto el relato de Ismael, se echo la mano libre al cuello y suspiro. Todos se quedaron mirándola e Ismael noto un escozor repentino en el cuello al mismo momento que ella se echaba la mano al suyo, un pequeño quejido salio de su garganta y todo paso. Alejandra se relajo, bajo lentamente la mano y entro en un tranquilo sueño.
- ¿Qué le ha pasado? .- preguntó Rodrigo.
- Un pinchazo en el cuello, un escozor, algo así…
- A ti te ha pasado también.- Observo Rodrigo.
- Si, a la misma vez que ella… y no se por qué.
Leonardo estaba pálido, al darle la mano había notado una presencia extraña sobre su hermana que la tenía como cautiva, mas al contacto de él había escapado como una exhalación… más de eso no dijo nada, no quería preocupar a sus compañeros.

Aurora estaba sumida en una tranquilidad placentera después de un día tan ajetreado. Tumbada en el sofá, con Crist prácticamente durmiendo en su regazo, con los ojos cerrados. Cuando lo notó, vio la sombra en la ventana durante un segundo, una sombra que había intuido Leonardo durante un segundo y en ese momento le había transmitido a ella…

- No hace falta que te quedes aquí.- Discutió Lucia con su marido.- Vete con Leonardo y Fran e iros a descansar, mañana venís temprano. Si pasa algo os llamo a casa.
Los tres se salieron a regañadientes.
- ¿Qué vas a hacer? .- Le preguntó Leonardo a Ismael.
- Pues voy a quedarme contigo, no me atrevo a quedarme solo en el hotel y bueno, ya sabes que no es bueno que estemos separados.
- Bien, pero yo tengo que hablar con mi padre sobre… cosas…
- También me puedo ir con las chicas, aún no es tan tarde, supongo que no estarán durmiendo..
Leonardo se quedo un rato pensando.
- Creo que te voy a necesitar después de esa charla, no se que me voy a encontrar.
- Lo que quieras, para eso estamos los amigos.
- Gracias.
Se montaron en la moto y se marcharon para el chalet.

- Papa… quisiera hablar contigo.
El padre lo miro y adivino algo indefinido en la mirada de su hijo.
- Hablemos.
Se salieron al jardín y se sentaron en un banco.
- Tu dirás, hijo.
Leonardo pensó un poco, tenía que elegir bien las palabras.
- Es sobre la abuela.- Comenzó con cautela.- Me gustaría que me dijeras la verdad.
- ¿La verdad? … Pues que murió antes de que conociera a tu madre, eso es todo.
- Es que nunca no has enseñado una foto de ella… ni del abuelo. Me gustaría ver alguna, ir contigo a visitar su tumba, llevarle unas flores…
- ¿Por qué ahora? .- Le cortó.
- Pues por qué hoy hemos estado con los abuelos de Crist y ellos nos han dicho que la abuela esta viva. – Soltó a la carrerilla y casi sin esperar esas palabras.
- Es eso… ahora comprendo lo de tu hermana.- Suspiro.- Al menos tu no te has dado a la bebida y has sido mas sensato.
- Dime que los abuelos de Crist me han mentido… que tu nunca lo has hecho… necesito saber que tu nunca…
- ¿Quién es Crist?... ¿Quiénes….- cayo un segundo y cambio la pregunta.- ¿Dónde viven esas personas?... ¿Lo sabes?
- Si, enfrente de la casa, enfrente de la casa que se supone esta maldita.
- Los guardianes.- susurro.- Creo que ha llegado el momento de decirte la verdad, Leonardo.- Miro a su hijo de frente.- Desde que los abuelos de tu amiga te dijeron eso yo se que en tu corazón has manejado la verdad, aunque como me has dicho has deseado que la verdad fuera mentira para mantener la mía. Tu abuela hace muchos años, antes de que yo conociera a tu madre, me contó una historia, la historia de nuestra maldición, me hizo comprender que teníamos que estar alejados. Como llore, pues para todos ella tenía que morir y desde entonces he tenido que decir eso. Me dijo que un día me casaría, que tendría dos hijos, un niño y una niña y que los tendría que proteger hasta el día en que se reencontrara con los guardianes. Ese día ha sido hoy, por lo que se ve, con lo cual solo puedo decirte lo que ella me dijo: “Cuando pregunten por mi tu solo le dices que busquen la luna y me encontraran”. No se aún lo que eso significa pero…
- Luna… claro…
- ¿Qué esta tan claro?
- Ya se donde tengo que buscar.- La cara de Leonardo se ilumino por completo.
- Me dijo algo mas, me dijo que tendríais que ir todos juntos en su búsqueda y que os enlazarais para tal fin.


Se habían quedado dormidas en el sofá del salón cuando un grito salido de la garganta de Crist las despertó a las dos.
- Aurora… Aurora… ¡lo he visto!
- ¿Qué has visto?
- El accidente… ha sido en la carretera antigua, donde deje a Ismael hoy tirado.
- ¿Accidente?...
- Mis abuelos, se acaban de salir de la carretera con el seiscientos y se han matado.- Estaba templando.- Tenemos que ir, ¡Ahora!
- Crist tranquilízate.. abra sido una pesadilla que has tenido.
- No Aurora, ha sido real… lo se…
- Crist, hemos tenido muchas emociones hoy, estoy segura de que ha sido …
- ¡QUE NO! … ¡QUE SE HAN MATAO LOS DOS EN LA CURVA DE LA CARRETERA ANTIGUA DONDE DEJE HOY A ISMAEL TIRADO! – Grito Crist fuera de si toda alterada.
- Pues si eso ha sido así ya mismo avisaran de algo… tendremos que espe..
- ¿ESPERAR? .- Le cortó enfadada.- POR ALLI NO PASA NADIE… TENEMOS QUE IR! .
- Crist, aunque parezca una locura creo que es mejor quedarnos aquí… si ha pasado algo estoy segura de que pronto nos avisaran. No creó que sea bueno que seas tu quien vea esa imagen y te quedes con ella para siempre.
- AURORA!!! COMO PUEDES..
- Crist.- Le cogió las manos con fuerza.- Tienes que confiar en mi.
Crist se debatió durante un rato por soltarse de las manos de su amiga y de pronto se aflojaron, de nuevo le vinieron las lágrimas.. quizás su amiga tenía razón, era mejor esperar… deseo que aquello fuera lo que su amiga decía, una mala pesadilla.

Luna ponía unas copas en una de las mesas. Esa noche había mucha gente y estaba el ambiente animado. Sintió una suave brisa en el rostro y cerró durante unos segundos los ojos. Volvió tranquila a la barra y se dirigió al teléfono. Marco y espero un poco a que una voz masculina le contestase.
- Comisaría de policía, ¿En que puedo ayudarle?
- Buenas noches capitán Dual, soy Luna.
- ¿Qué pasa Luna?
- Deberíais de daros un paseo por la carretera antigua de la Concha, he tenido un presentimiento.
- Ahora mismo mandare a uno de mis chicos.
- Gracias Capitán, buenas noches.
Colgó e inmediatamente mando una patrulla a darse un paseito por aquella intransitada carretera. Luna suspiro y sonrió, se dirigió a otra mesa y siguió sirviendo copas.


jueves, 15 de julio de 2010

La casa de las Diez Ventanas

XVI

Llegaron a la casa de los abuelos de Crist y aparcó en la puerta. Llamaron y abrió la abuela.
- Menos mal que habéis llegado, estaba preocupada.- Dijo la anciana cuando les abrió.
- ¿Y Crist?
- En el dormitorio.- contesto la anciana.- Os aconsejo que os pongáis la armadura, no se que le ha pasado pero esta de un humor de perros.
- Subiré yo sola.- decidió Aurora.- Espera aquí, a ver lo que averiguo.
Mientras Aurora se encamino escaleras arriba Leonardo se quedo abajo con la abuela de Crist. La anciana lo miro interrogante.
- ¿Qué ha pasado después de que nosotros nos fuéramos?
- Ha sido todo confuso, yo..
- Siéntate y relájate.. hablemos.
El hizo lo que la anciana le indicaba.
- Yo me fui, por lo que me ha explicado Aurora Crist se marcho al poco rato, ellos se dividieron para buscarnos. Por una parte Ismael y Alejandra y por otra parte Rodrigo y Aurora.- Respiro hondo.- Rodrigo y Aurora me encontraron a mi, yo me vine con Aurora en la moto y viendo que Rodrigo tardaba fui a ver que pasaba.. le han dado una paliza…
- Entonces Crist llego a la casa y Aurora cogió el coche para auxiliaros… ¿Cómo esta tu amigo?
- Pues… - su cara se entristeció.- Él dice que no esta mal, pero yo…
- Entiendo.. ¿Sabes si ha alguien mas le ha pasado algo?
- Mi hermana, se clavo unos cristales y esta también en el hospital, le han tenido que meter sangre..
La cara de la abuela de Crist se ensombreció..
- ¿Le han tenido que meter sangre?
- Si, perdió mucha, por lo visto un cristal le dio en la vena de la muñeca y…
- Tienes que localizar a Ismael, puede ser que este también en algún aprieto.
- Supongo que Crist sabrá donde esta.

Aurora entró al dormitorio y encontró a Crist con los cascos puestos y tumbada en la cama. Su expresión era una mezcla de enfado y un deje de tristeza a la vez. Aurora se acerco y llamo a su amiga, esta no la oyó pues mantenía los ojos cerrados. Entonces fue cuando se acerco hasta ella y le quito los cascos de un tirón.
- Crist, ¿Qué ha pa…
- ¡Has vuelto! .- le cortó.- ¿Te lo has pasado bien con el coche de mis abuelos que te has llevado sin pedir permiso?
- Ha sido una urgencia..
- ¿Urgencia?... ¿Quién se ha muerto?
- Por fortuna nadie, pero a Rodrigo le han dado una paliza y lo hemos tenido que llevar al hospital.
- ¿Hemos?... ¿Tu y quién mas?
- Leonardo ha venido conmigo.
- ¿QUE ESE MALDITO SE HA METIDO EN EL COCHE DE MI ABUELA? … ¿TE HAS LLEVADO EL COCHE DE…
Aurora se quedo parada, fría, pero reacciono y corto a su amiga.
- No se ha metido en el coche, él ha ido en la moto y yo detrás.- Dijo Aurora intentando no alterarse.
- Valla, que detalle…- Dijo irónica.- Que lastima lo de la paliza.. lo que me extraña es que a ti no te haya pasado nada aún.
Aurora no daba crédito a sus oídos
- Crist.. ¿Tu te estas escuchando?
- ¡Claro que si!... A esos asesinos jamás los teníamos que haber conocido.
Aurora cayo un ratito y reflexiono, estaba segura que..
- Oye, ¿Tu has tenido una conversación de esto con Alejandra?
- La maldita esa… si… se me termino la gasolina y me encontraron, se quiso hacer la coleguita conmigo pero la puse en su lugar..- hizo una pequeña pausa.- Luego llego mi “ex” calentándome el tarro que me había pasado tres pueblos con esa chusma…
- ¿Tu “ex”?
- Lo deje tirado en la carretera y …
- ¿En que carretera?
- En la carretera antigua que sale del pueblo y ya no la transita na…
Aurora salió del dormitorio dejando a Crist con la palabra en la boca, tenían que buscarlo sin perder mas tiempo. Bajo las escaleras como una exhalación y entró al salón donde charlaban Leonardo y la abuela de Crist.
- Lo dejó colgado en la carretera antigua que sale del pueblo.- Dijo al entrar.
Los dos la miraron y la abuela de Crist fue la primera en reaccionar.
- Tenéis que ir a buscarlo sin tardar… coged el coche.
Crist entró detrás de Aurora al salón y su reacción no se hizo esperar.
- ¡¡¡¿¿QUE HACE AQUÍ ESTE MALDITO??!!!.- Estaba como enloquecida, fuera de si.- ¡VETE DE AQUÍ!.- Dijo arrebatando las llaves que le ofrecía la abuela a Aurora.- Y NI SOÑEIS NINGUNO DE LOS DOS COGED DE NUEVO EL COCHE.
Los dos se quedaron petrificados más la anciana fue la que actuó esta vez con serenidad y severidad a la vez.
- Crist.- Empezó tranquila.- Ismael puede estar en un grave peligro lo mismo que han estado Rodrigo y Alejandra.
- Todos estamos en una precaria situación de riesgo parece ser.- Volvía a ser irónica.- Justamente cuando los malditos han entrado en nuestras vidas… pues todo se solucionara si salen de ellas…- Miró directamente a la anciana.- Abuela, dile que se vaya.. que se quede con su historia y con su maldición.- Su voz cambió a ser dura y fría.- No quiero volver a verlos, ni a ellos, ni a sus amiguitos…
Hubo unos interminables segundos en el que el silencio se hizo espeso.
- No digas mas tonterías.- Rompió la abuela.- Ellos no tienen ninguna maldición. Estas ciega por la ira y la confusión. Ellos han nacido tan inocentes como tu, en cambió han crecido con una carga que les supera y que ha llegado el momento de quitar. Se que has averiguado nuestro destino y no te voy a mentir sobre él, a todos nos llega el momento de emprender ese viaje. Tu abuelo y yo aceptamos esa condición hace años por algo que no podemos contarte.. Algo que solo podrá hacerlo la abuela de ellos. Para tal fin tenéis que estar todos juntos, unidos, pues solo así podréis afrontar vuestro destino. Si él es capaz de separados, si vence, jamás podremos descansar ninguno en paz.- le arrebato las llaves a su nieta.- Ahora coged el coche los tres e ir a buscar a Ismael.
Crist le temblaba todo el cuerpo y casi no podía dar un paso. Aurora fue en su busca y la abrazo con fuerza mientras la anciana salía del cuarto.

Recorrieron hasta el punto donde había dejado a Ismael y no vieron a nadie, así que decidieron ir al hotel. Aurora bajo del coche y entró en recepción mientras que Leonardo y una derrumbada y muda Crist se quedaron en el coche. Desde que entrara a este se montó en el lado del copiloto y solo había indicado con un leve y forzado movimiento el sitio aproximado donde lo había dejado. Leonardo sabía que para algunos momentos era mejor el silencio, y así lo dejo pasar. Al rato volvió Aurora al coche.
- Me han dicho en recepción que esta en su dormitorio pero no contesta.
Crist no dijo nada pero tembló como una hoja.
- Aurora si eres tan amable de llevarme a la parte de atrás del hotel. Entraré por la puerta de servicio y subiré a ver que pasa, os esperáis un poco y os mandaré aviso con lo que sea.
Aurora no contesto y arranco el coche. Indicada por Leonardo llegaron a una pequeña puerta auxiliar que había por detrás.
- Esperados aquí, no tardare.

Leonardo abrió la puerta del cuarto con la llave maestra, entró y vio un par de latas de cerveza esparcidas por el suelo y a un durmiente Ismael en la cama. Lo zarandeo algo preocupado pero este despertó sin dificultad.
- Ismael, nos tienes asustados.. ¿Qué pasa que no contestas?
- Estoy hecho polvo.- Contesto con la voz algo pastosa.- Además me siento débil..
- No me extraña después de la caminata que te has metido.
- Es que la graciosilla de mi “ex-pareja” me ha dejado tirado en la carretera cuando veníamos encima de hacerle un favor porqué se había quedado sin combustible.
- ¿Te refieres a Crist?
- Si, a ella, como no… que por cierto, si supieras lo que ha dicho de ti y de tu hermana..
- ¿Por eso es tu “ex”?
- Evidentemente, menudas patrañas se le ha metido entre ceja y ceja a la chica.
- Esta abajo en el coche con Aurora.
- Pues por mi se puede quedar en el coche.
- Mira, las cosas que ha dicho sobre nosotros no la he tomado en cuenta, han sido dichas fuera de tono y en un momento de pura ofuscación.. tu deberías de hacer lo mismo.
- ¿Y el dejarme colgado en mitad de la carretera?
- Debes de reconocer que en ese momento la estabas contradiciendo en algo que sentía ella plenamente como verdad.
- ¿La estas defendiendo?.- Se intento levantar pero al hacerlo las piernas le fallaron y cayo de nuevo en la cama.- Tu hermana se marcho súper mal y….
- Ismael… a pesar de todo debes de pensar con claridad.- Suspiro.- Las riñas en las parejas son normales, no te rindas por una.. además, Crist te va a necesitar a su lado para pasar momentos realmente malos, y tu la vas a necesitar a tu lado dentro de un rato, te lo puedo asegurar.
Las palabras de su amigo lo dejaron un poco pillado.
- ¿Qué ha pasado?
- Te lo contare si estas dispuesto a verla y hablar con ella.
- Bueno… vale.- dudo.- Pero por tu tono de voz se que algo no va bien.
Leonardo no contesto a esto y llamo a recepción.

Aurora vio como se acercaba una chica joven al coche directamente, bajo la ventanilla y esta le dio el recado de que subieran a la habitación 743. La chica se alejo y cuando esta iba a salir del coche su amiga estaba petrificada en el asiento.
- Vamos Crist.
- No… no puedo…- dijo casi sin voz.
- Tenemos que subir.
- Ve tu, yo me quedaré en el coche.
- ¿Y dejarte sola?... va a ser que no.
- Cuando estábamos recorriendo la carretera rezaba por que no lo encontráramos… le dije cosas terribles… no creo que quiera verme.
- Estaré contigo y Leonardo también.. además estoy segura que él habrá hablado con él.
- Me prometes que estarás conmigo.
- El tiempo necesario.
Crist salió del coche con su amiga y esta le tuvo que dar la mano para infundarle algo de energía.
Llamaron al timbre y fue Leonardo quien abrió. Entraron y Crist no se atrevía a mirar a Ismael, este esperaba en la cama. Leonardo cogió a Crist de la mano y la acerco con suavidad hasta él. Luego le hizo un gesto a Aurora y se salieron a la terraza sentándose en una sillas que había allí dispuestas con una mesa. La brisa marina llegaba hasta allí y el mar y la playa se podían ver de fondo, Aurora se dio cuenta que Leonardo se perdió en el movimiento de las olas.

- Lo siento.- Pudo decir Crist casi sin aliento.
- ¿Es lo único que tienes que decirme?
Ella no contesto, no le salía nada mas del cuerpo pues apenas se podía encontrar su alma. Toda la armonía que reinaba hasta hacía unas horas en su cuerpo se había desperezado por un tumulto de fuertes emociones y cambios de humor, de noticias inesperadas y sobre todo un recio velo de oscuridad que conducía a una inminente muerte. Tembló de nuevo ante la severa mirada de Ismael, él tampoco la perdonaría, lo comprendió y supo que tenía todo el derecho del mundo de no hacerlo pues en caso contrarió ella quizás ni lo hubiera recibido para escucharle. No pudo mas, miles de lágrimas acudieron de nuevo a ella, sus piernas fueron incapaces de sostenerla ni un segundo mas, todo le dio vueltas y antes de tocar el suelo unos fuertes brazos la sujetaron y un calido regazo acogió su llanto.

- Por fin llora.- comentó Aurora oyendo los sollozos de su amiga.
- Hoy ha sido un mal día para ella.
- Creo que ha sido un mal día para todos.
- Nosotros hemos salido ilesos… por ahora.
- Las heridas superficiales, los huesos rotos… esos se curan.. mas las heridas del corazón, de los desengaños, de las mentiras.. esas pueden durar mucho tiempo, quizás siempre.- Hizo una pausa antes de continuar.- Aunque tu físicamente estés hoy ileso interiormente se que no es así.
- Es duro pensar que las personas en las que mas confías te engañen en algo tan importante como tu propia familia.- Miró al mar un rato antes de continuar.- Tengo la clara sensación de que mi abuela esta viva… No se como afrontar este tema con mi padre.
- Con sinceridad. Estoy segura de que hay una buena y potente razón por la cual él te ha ocultado algo así.
Leonardo la miro con ternura.
- Realmente Luna tiene razón, eres la luz en la oscuridad.



martes, 13 de julio de 2010

La casa de las Diez Ventanas

XV

Ismael había vuelto con la gasolina y aparco el vehículo delante del Audi. Alejandra se alegró por fin de verlo y Crist se alegró de que por fin podría salir de allí y volver a casa. Su corazón se había llenado de un frenético rencor hacía los Draco, se alegraría de perderlos por fin de vista.
Lleno el deposito y cuando fue a soltar la garrafa vacía al otro coche Alejandra lo esperaba con una expresión sería.
- Ismael, tienes que hablar con ella.
La expresión y la seriedad con lo que había dicho aquello le hizo cambiar la cara.
- Cree que sus abuelos se van a morir y que los únicos culpables somos mi hermano y yo.
Ismael se quedo de una pieza ante aquellas palabras..
- Pero…- titubeo.- Bueno, no te preocupes y vete a casa, yo hablaré con ella ahora por el camino.
- A mi me ha dejado echa polvo su declaración.- Ahora temblaba.- Es que todo esto es tan extraño..
- Tranquilízate… todo tendrá una solución lógica… pronto lo averiguaremos.
- Me voy…- dijo mientras se montaba en el coche.- Tengo mucho en que pensar.
Ismael vio como se alejaba Alejandra y se montó con Crist en el coche.. no sabía como empezar la conversación y pensó que lo mejor era no andarse con preámbulos.
- Oye Crist… ¿Cómo has podido decir eso a Alejandra?
- ¿El que?
- Que es la culpable de lo que le pueda ocurrir a tus abuelos.
- Por que es la verdad… por que tengo la clara certeza de que mis abuelos se irán para siempre y que si eso pasa es por que ellos están malditos.
- Crist.- empezó cauteloso.- Creo que no piensas con claridad. Tus abuelos se van de viaje, no te han dicho que se vayan al mas allá.
- ¡Da igual! … se van por culpa de ellos…. eso es todo lo que importa… si no lo hubiésemos conocido todo estaría bien.
- Si no fueran mis amigos yo no vendría aquí todos los veranos, no te hubiese conocido, no estaríamos juntos.. seguramente a tu amiga la hubieran violado hace dos días.. ¿o es que te has olvidado de todo eso?
- Si no estuviese contigo lo mismo estaría con otro.
Ismael se estaba quedando alucinado.. ¿Quién iba al volante de aquel coche?... Desde luego su Crist, la Crist que él pensaba amar no era… mas con todo y eso intento hacerla volver.
- Crist… ¿recuerdas las palabras de tus abuelos?... ellos no dijeron nada de…
- ¡CALLATE!...- Le cortó.- No quiero saber nada mas… tengo mi certeza y ya esta… No quiero saber nada de esa gente… solo ha sido un beneficio para ti y para mi amiga… no para mi.
- Pero Crist..
Crist dio un frenazo brusco y paro el coche.
- SI VAS A SEGUIR INCORDIANDOME CON ESA MALDITA GENTE, YA TE PUEDES IR BAJANDO DEL COCHE.
Estaba fuera de si, Ismael no lo dudo un instante mas, abrió la puerta del coche y se bajo. El coche salió de allí derrapando e Ismael vio como se alejaba, no sabía cuanto trayecto le quedaba para el pueblo y sin mas preámbulos empezó el camino de regreso.

Alejandra llego a su casa y al pasar por la sala se paro en seco en el mueble bar donde había toda clase de bebidas. Las observo recordando las palabras de Crist… ¿y si fuera cierto?... ¿Y si en realidad estaban malditos por algo que desconocieran?... Recordó los tristes acontecimientos de algunos años atrás y de alguna manera incomprensible lo asocio a las palabras sin sentido de ella. Paseo la mirada de nuevo por las botellas y la de “Cuatro Rosas” relució de una manera extraña.. la cogió y se echo un poco en un vaso, se lo bebió de un trago y una sed desconocida hasta ese momento le hizo ingerir una gran cantidad, una cantidad que le aflojo las manos. Vio caer a cámara lenta la botella y el vaso que se rompieron formando curiosas formas de cristal. Su cuerpo cayo detrás, lento y pesado sobre aquel lecho acristalado. Sintió como se le clavaban algunos de esos puntiagudos trozos, la calidez de la sangre le invadió la muñeca, miro pesadamente y un gran trozo se le había quedado en las venas.. mas sintió tranquilidad… solo tranquilidad..

Llegaron a la casa de Crist y no había nadie por allí. Ni rastro de los abuelos ni de los demás, seguramente no habían encontrado a Crist aún. Aurora resoplo nerviosa, ¿Dónde estarían?. Paso mas de un cuarto de hora y Leonardo empezó a inquietarse.. no era normal que Rodrigo estuviera tardando tanto en aparecer.. algo no iba bien. Aurora también estaba algo mosca de la tardanza de Rodrigo, miró a Leonardo y sus palabras salieron solas.
- Leonardo, coge la moto y ve en busca de Rodrigo.
- Te quedaras sola.
- Será poco tiempo, tengo la corazonada de que pronto llegara alguien, además supongo que ya no debe de andar muy lejos..- intento poner todo el aplomo posible en sus palabras.- llegareis de momento.
- Ten cuidado.- dijo Leonardo mientras se montaba en la moto.- No tardare.
Aurora vio como se alejaba y al mirar para el otro lado vio el Audi A8, suspiro aliviada pues por fin llegaban los abuelos de Crist y le harían compañía. El coche paro y del lado del conductor salía una alterada y desconocida Crist.

Leonardo llego hasta donde habían dejado a su amigo y no lo encontró. Aparco la moto y empezó a buscar algún indicio por los alrededores… no supo por qué pero algo le llamo en el callejón, entró y la luz se hizo mas tenue.. parecía que había algo en el suelo.. era… corrió hacía allí y empezó a temblar de pies a cabeza cuando reconoció a su amigo en el suelo sin conocimiento y con claros signos de haber recibido una buena paliza. Se arrodillo a su lado y le busco el pulso. Lo cogió en brazos y supo que nadie le iba a ayudar por ser un Draco, se encontró solo, su amigo necesitaba un medico y no sabía a quien acudir… por favor, que alguien me ayude… pensó mientras sacaba a su amigo del callejón.

- Crist, ¿Qué te pasa?
- Que no me pasa… mis abuelos se marchan al viaje final, me he peleado con Ismael gracias a esos malditos Dracos y bueno… supongo que si tu estas en la puerta eso significa que ellos aún no han regresado… mis abuelos, me refiero por supuesto… por que tu queridito Leonardo y su hermanita Alejandra que no pongan un pie en esta casa… y te PROHIBO.- remarco subiendo el tono.- QUE LOS VUELVAS A VER….- suavizo el tono.- A no ser, claro esta, que tu también quieras acabar mal y desde luego sin mi amistad.
- Pero Crist…. ¿De que hablas?
- De mis conclusiones… piensa un poco y tu también llegaras a las mismas.
Aurora no daba crédito a lo que oía… de pronto oyó algo bien distinto, lo oyó fuerte, sonoro, y supo que algo no iba bien, nada bien pues era un grito desesperado de ayuda, un grito desesperado de Leonardo.. era su voz, clara y… ¿afligida? … No sabía por qué pero sabía que sin dudar tenía que acudir a donde él estaba y rápido. Miro el coche, miro a Crist… No tenía tiempo de explicaciones ni de una larga discusión para explicarle que todo lo que salía por su boca era producto de una realidad totalmente distorsionada… así que su pregunta no se hizo de esperar.
- Crist, el coche tiene las llaves puestas.
- Si, es que lo voy a meter en la coche….
Crist vio totalmente atónita como su amiga corría hacía el coche, se ponía al volante y se marchaba sin mas explicaciones. Eso hizo que su rabia aumentara aún mas y que su paranoia aumentara de volumen.

Leonardo acababa de salir del callejón cuando un Audi A8 se detenía a su lado y Aurora salía del lado del conductor. Sin mas explicaciones acomodaron a Rodrigo en la parte de atrás y se marcharon para el hospital que había en el pueblo de al lado a media hora de allí.

Ismael llego al hotel y entró a su cuarto, se dejo caer sobre la cama pues la caminata lo había dejado hecho polvo. Además era la primera vez que discutía con Crist y aquello lo hacía mas dificultoso. Estaba tan fuera de si, no parecía ni ella, era como si un demonio la hubiera poseído, era terrible. Necesitaba hablar con alguien, no sabía de los demás, de si habían encontrado a Leonardo, de si estaría también de aquella manera… pidió línea y llamo a casa de Alejandra.. el teléfono dio la llamada pero no contestaba nadie, era extraño pues ella tendría que haber llegado ya, lo mismo estaban fuera en los jardines, en la piscina dándose un relajante baño.. pues si lo pensaba con serenidad eso es lo que él necesitaba quizás, un relajante baño. Se intento mover y sus músculos protestaron, le saldrían agujetas por todos lados, así que pensó en otra cosa. Abrió el pequeño frigorífico que tenía la habitación y se cogió lo que había de picoteo y un par de cervezas fresquitas. Se tumbo en la cama, puso un canal de música en la tele y se relajo viendo los video clip e intentando no pensar en lo ocurrido… ya pensaría mas tarde. El sueño empezó a hacer mella, el cansancio se hizo latente en él. Se había terminado la segunda lata de cerveza y casi se le cerraban los ojos.. entonces fue cuando vio aquello.. o fue solo su imaginación. Un hombre (o eso parecía) había atravesado la pared del dormitorio, todo se volvió mas oscuro, esa cosa era esquelética y un desagradable olor inundo sus fosas nasales. Sintió un gran peso sobre él que lo inmovilizo y algo se acercaba a su cuello. Quiso gritar, escapar, pero el miedo le impedía hacer algún movimiento. Sintió dos pinchazos en su garganta y todo su cuerpo se aflojo, cayo al vació.

Leonardo se sentó con Aurora en la sala de espera, estaba realmente angustiado y esa angustia la podía sentir ella como si fuera la suya propia. Le dio la mano y eso pareció calmarlo un poco.
- ¿Llegaron los abuelos de Crist a la casa y te dejaron el coche para ir a buscarme? .- Pregunto Leonardo.
- No exactamente… el coche lo llevaba Crist y llego muy enfadada diciendo cosas terribles e incoherentes, entonces fue cuando lo oí, las llaves estaban puestas y no lo pensé ni un momento, fui en tu ayuda.
- ¿Qué oíste?
- A ti…
- ¿A mi?
- Si, es algo extraño, se que es incomprensible.. pero cuando pediste ayuda algo salto dentro de mi y en serio.. no se por que reaccione así, pero lo hice.
- Tienes que devolver el coche, quizás lo necesiten los abuelos de Crist. Diles que la limpieza de la tapicería corre de mi cuenta.
- Me quedare contigo hasta que…
Leonardo se levantó interrumpiendo la frase de Aurora.
- Papa… mama.. ¿Habéis visto el mensaje en el contestador automático?
- ¿Mensaje?... ¿Por qué no estabas con tu hermana? .- dijo el padre severamente.
- ¿Le ha pasado algo a Alejandra?
- Cuando llegamos a casa encontramos a tu hermana en un charco de alcohol y cristal en el suelo y varios de ellos clavados, uno con tan mala suerte que fue a parar a las venas de la muñeca… ¿y tu que haces aquí?
- A Rodrigo le han dado una paliza, se quedo solo un rato y cuando volví…- Las palabras le temblaban al salir, al igual que todo su cuerpo.
Los padres se miraron significativamente y ese gesto no le paso desapercibido a Aurora.
- Siéntate Leonardo.- Dijo la madre con suavidad.
Los tres fueron a sentarse al lado de Aurora y esta se sintió algo incomoda.
- Ella es Aurora.- presentó Leonardo.- Ellos son mis padres, Lucia y Alejandro.
- Mucho gusto, pero me hubieses gustado conocerlos en otras circunstancias.
- Querida, no lo pongo en duda.- Dijo la madre nerviosa.- Gracias por estar con mi hijo en estos momentos.
- ¿Qué le ha pasado a Alejandra? .
- No lo sabe….
El medico salió en ese momento y se acercó a ellos directamente.
- Vuestro amigo ha tenido suerte, a pesar de la paliza que le han dado milagrosamente no le han tocado ningún órgano vital. Tiene muchas magulladuras, le hemos escayolado un brazo y le hemos tenido que vendar varias partes del cuerpo. Hoy lo dejaremos en observación y si todo va bien mañana le daremos el alta. – Miro a los padres de Leonardo.- Vuestra hija le están aún sacando algunos cristales, sobre todo de los brazos. El peor de ellos ha sido uno que le ha cortado las venas de la muñeca izquierda, de no haberla taponado como lo hicieron y haberla traído tan rápidamente no se si hubieran podido contar con ella ahora. Le hemos tenido que meter sangre pues ha perdido bastante y se recupera de un coma etílico. Creo que no tendrá ninguna complicación adicional, la dejaremos 24 horas en observación y si la todo progresa bien le daremos el alta.
Los padres se miraron y pasaron la mirada a Leonardo y Aurora, se unieron en un abrazo y el ambiente pareció más liviano. El medico se espero un poco mas, cuando se separaron dio una determinación.
- Podéis entrar a ver a vuestro amigo.
Fueron a la habitación que le indicaron y Rodrigo no presentaba el mejor de sus aspectos, tenía toda la cara hinchada. Estaba consciente e intento sonreír al ver entrar a sus amigos.
- Rodrigo…- empezó Leonardo casi sin voz.
- Estoy bien.- dijo despacio.- No te preocupes..- hizo una pausa pues le costaba hablar.- Algo dolorido, pero bien.
- Es que no te tenía que haber dejado solo allí.. ¿Sabes quien te ataco?
- La verdad es que fue todo tan rápido..- cerró los ojos y respiro hondo.- Además, no quiero ni acordarme.
- Comprendo.- dijo Leonardo con pesar.
Un enfermero entró en una camilla a Alejandra y la colocaron en la cama de al lado. Alejandra estaba pálida y dormitaba con una respiración pesada. Rodrigo se fijo en la cama de al lado y un ligero temblor se apodero de su cuerpo.
- ¿Es esa Alejandra? .- preguntó casi asustado.- Se que es ella.- intento moverse pero no podía apenas.- ¿Qué le pasa?
- Es Alejandra.- Contesto Aurora con calma.- No sabemos que le ha podido ocurrir, la cosa es que sus padres se la han encontrado en la casa con algunos cristales y uno le cortaba las venas de la muñeca.
- Sola… solo…- Reflexiono.- A vosotros dos no os ha pasado nada por que habéis estado juntos.
Los dos se miraron.
- ¿Sabéis si Crist y mi hermano están juntos?
- Crist llego a la casa de su abuela muy enfadada e Ismael no se.. no sabemos nada de él.
- Tenéis que estar juntos e ir en busca de ellos.. tenéis que juntaros los cuatro.. ¿no lo comprendéis?.. Algo inexplicable esta haciendo que cuando estemos separados nos pa….
Los padres de Leonardo y Alejandra entraron en ese momento interrumpiendo la frase.
- Id en su busca..
Leonardo no dijo nada, le dio un pequeño apretón en la mano y miro a Aurora, ella no necesito tampoco palabras y se marcharon a buscar a los demás.

viernes, 9 de julio de 2010

La casa de las Diez Ventanas

XIII

Crist respiro hondo e hizo girar las llaves en la cerradura. Esta se abrió e hizo entrar a sus nuevos amigos. Se sentía extraña al entrar allí a los Draco tras la breve conversación de la mañana con su abuela, aunque habías sido ella la que había querido que fueran. Sabía que mas de una vecina estaría espiando, que algunas dejarían de hablar a sus abuelos por aquella entrada, que quizás hasta los considerarían malditos, todo esto cruzaba por su cabeza cuando la voz de su abuela la saco de toda cavilación.
- Bienvenidos a mi hogar.- Anuncio sin mas preámbulos.- Por favor, acompañadme al comedor.
Todos pasaron detrás de ella a un bonito comedor donde la mesa presidencial estaba preparada con todo detalle y olía estupendamente a la comida que había preparado. Se sentaron y durante la degustación de los exquisitos manjares preparados con esmero se pudo respirar un cierto aire de incomodidad acompañado de un prolongado silencio. El nerviosismo se podía adivinar en el ambiente de unos y otros comensales. Cuando por fin termino el almuerzo la abuela ayudada de las tres chicas quitaron la mesa y recogieron la cocina, al finalizar pasaron a la sala. Todo resultaba frió y extrañamente embarazoso, era como si alguien hubiese establecido una invisible regla de silencio, silencio que por fin rompió el abuelo de Crist mientras se servia el café.
- Entonces, vosotros sois los Dracos.
La pregunta dejo desconcertados y fuera de juego a todos, incluso Crist sintió un poco de vergüenza ajena ante tal especificación.
- Así nos apellidamos, somos los temidos y malditos Dracos de la casa de enfrente.- Explico con tranquilidad Leonardo.- Yo me llamo Leonardo, ella es mi hermana Alejandra. Desde luego os agradecemos de corazón que nos haya invitado a su casa sabiendo que se han expuesto a quedar mal con todo el pueblo.
- A nosotros nunca no ha importado mucho lo que digan los del pueblo, si no jamás hubierais pisado esta casa.- Explico la abuela de Crist.- Además.- hizo una pausa.- Yo conocía a vuestra abuela.
- ¿Conoció a nuestra abuela? .- preguntó Alejandra ansiosa.
- Conocer es poco.. era mi mejor amiga.- miró a Leonardo directamente.- Y a vuestro abuelo también lo conocí, eres igual que él.
Aurora no pudo disimular una mirada a este y de nuevo ver reflejado el rostro de su sueño.
- Supongo que vuestra abuela ha mantenido en silencio la historia de vuestra maldición, pero ya es hora de que habléis con ella y os la cuente.- Hizo una pausa mas larga que la primera para pronunciar con severidad.- Ya ha llegado la hora.
- Siento ser portadora de malas noticias, pero mi abuela murió antes de que nosotros naciéramos, nunca la hemos conocido.- Explico Alejandra.
La abuela de Crist pareció confusa y busco la misma confusión en el rostro de su marido, mas este no tenía ningún signo de esa confusión y fue rotundo.
- Vuestra abuela esta viva. Debéis de preguntarle a vuestro padre por ella y que os explique el porque de su mentira. Tenéis que hacerlo rápido pues el reloj ha empezado su cuenta atrás y el tiempo pasa deprisa. Esta llegando el momento, nosotros pronto partiremos para cumplir la promesa.
Los dos hermanos se miraron y Crist se quedo atónita y horrorizada, ¿A que viaje se refería su abuelo?
- ¿De que viaje habláis?... ¿Adonde os vais? .- preguntó angustiada.
- Es un viaje donde no nos puedes acompañar. Tu te debes de quedar aquí y debes de ser fuerte y apoyarte en tus amigos.- Explico la abuela con tranquilidad.
Crist se sintió desfallecer por dentro, no quería pensar en que ese viaje fuera el viaje final, el viaje sin retorno que todos tenían que hacer en algún momento de su vida…
- No os tenéis que ir.- concluyo desesperada.- Aquí estáis muy bien, no permitiré..
- Crist, no lo entiendes…- cortó el abuelo.- …Lo sabemos, mas tienes que confiar en nosotros. Hace tiempo hicimos una promesa para poder ..
- ¡No! … ella es la que tiene que explicarle todo eso.
- ¿Eso tiene relación con un anillo? .- Se oyó Aurora preguntado sorprendida.
- Si…- Hizo una pausa de nuevo y respiro.- Hablad con ella.
Leonardo fue la que tomo la palabra atolondradamente.
- Siento…- le faltaba el aire.- … siento que me tengo que retirar. Espero que me podáis disculpar, no me encuentro bien.- Se levantó sin esperar y Crist dentro de su confusión lo acompaño hasta la puerta.
- Leonardo, ¿Dónde vas? .- le preguntó.
Este la miró perdido.
- A reflexionar con mi mejor esperanza.
Crist se quedo petrificada por la respuesta y lo vio alejarse por la calle. Volvió a la sala donde todos estaban sumidos en sus propios pensamientos.
- ¿Se ha ido Leonardo?
- A reflexionar con su mejor esperanza.- Contesto Crist a su abuela.- La verdad, es que no entiendo nada de todo lo que habéis dicho… ni él ni vosotros.
- Lo que hemos dicho nosotros es el principio del fin. Tenéis que cuidaros unos a otros, tenéis que estar unidos, llegar al fondo.. buscad y reflexionar cada paso.- dijo el abuelo dejando aún mas confundidos a todos.- Ahora debemos de irnos, vamos cariño.- y con estas últimas palabras salieron los dos de allí dejando al resto llenos de dudas.


XIV

Todos oyeron un coche marcharse. El silenció retorno a la sala y cada uno estaba sumido en sus propios pensamientos. Crist no podría dejar de pensar en las palabras de sus abuelos, un viaje, un largo viaje donde ella no podía ir, cada vez una imagen mas clara se translucía tras las palabras. Los nervios le subían, necesitaba salir de allí, necesitaba irse… sin decir ni media salió de la habitación y fue directa al garaje, el pequeño seiscientos no estaba así que sin pensárselo cogió el Audi A8 que tenía las llaves puesta.
- Crist… se va.-
Los otros tres salieron de sus pensamientos.
- Ya se han ido dos.- comentó Rodrigo reflexionando.
- Estamos haciendo todo lo contrario de lo que nos han recomendado.- Continúo Ismael.
- Tenemos que buscarlos, tenemos que estar unidos.- concluyo Alejandra.
- Si nos dividimos en dos grupos serás mas amplia la búsqueda… Yo iré con Alejandra en el coche, Rodrigo tu ve con Aurora en la moto.
Sin mas preámbulos los cuatro se pusieron en movimiento.

A Leonardo no le importo que fueran las cinco de la tarde, que la gente llenara las terrazas de las cafeterías. No le importo el niño que salió despavorido llorando cuando paso, ni le importo que alguien llamara a un guardia cuando atravesó el paseo marítimo. Atravesó la playa y se marchó directamente a su lugar preferido. Algunos curiosos se acercaban con precaución “al maldito” y al menor movimiento se alejaban despavoridos.
El no comprendía porque su padre le había mentido acerca de su abuela. El siempre había confiado plenamente en él, jamás había durado de su palabra. Nunca le había mentido, eso no existía en su universo. Ahora se sentía confuso, traicionado, dolido en un sitio bastante profundo. La lágrimas le quemaban y su pulso se acelero, de pronto noto el sabor salado, ese sabor que tantas veces le habían acompañado en su vida. Los sollozos poco a poco fueron aumentando, se sentía perdido…
Los niños que merodeaban alrededor se asustaron plenamente cuando “el maldito” empezó a emitir “sonidos extraños”, la gente se alarmo y se empezaron a desplazar a otro sitió de la playa.
Aurora tuvo la certeza de donde estaba sobre todo al ver el alboroto que se estaba formando por algunas zonas próximas a la playa.
- Rodrigo, en las rocas aquellas… aparca la moto.
Rodrigo aparco y los dos se fueron directamente hacía el objetivo, era fácil adivinar al ver el hueco que había quedado vació cerca de él. Cuando llegaron Leonardo estaba sumido en una tristeza perdida, los ojos los tenía enrojecidos, se notaba desmoralizado y no salía de su hipnotismo. Aurora no sabía que hacer, se agacho enfrente en silencio, Rodrigo le cogió la mano y empezó a estirar suavemente de ella hasta que de nuevo volvió allí.
- Valla, estáis aquí… ¿Cuándo habéis llegado?
- Hace un ratito.
- ¿Cómo me habéis encontrado?
- Siguiendo la reacciones de la gente.
Leonardo miro a su alrededor.
- Pobre gente… Me siento tan mal cuando me doy cuenta de que es mi presencia la que produce esto.- Se levanto.- ¿Nos vamos?
- Creíamos que te estábamos esperando a ti y ahora resulta que eres tu el que espera que nos movamos, valla.- comento Aurora divertida.
- Siempre fue así…- La voz de Leonardo sonaba extraña.- Se supone que éramos mi hermana y yo quien esperaba a que llegarais a nuestras vidas para que pudiéramos desconfiar de nuestros padres.
Aurora se quedo algo pasmada…
- Pero Leonardo.. ¿De que hablas?
- Ahora comprendo lo que me dijiste en el jardín… los que aspiran mas confianza son los primeros en traicionarte… me estabas preparando para el golpe de la tarde, ¿no?
- Eso.. eso no tenía nada que ver con esto, con lo que hemos conocido esta tarde… lo que te comente fue por… por…- dudo un momento.- por motivos personales… además yo no tengo por que contarte mis motivos.. como tu mismo me dijiste no tengo la suficiente confianza contigo, nos conocemos de un par de días..
- Tienes razón.- Se levantó de un golpe y se marcho sin mediar mas palabras.
- Nunca lo había visto así.- comentó Rodrigo sorprendido.
- Ha sido muy injusto echándome la culpa de los comentarios de los abuelos de Crist… yo no sabía nada.
- No se lo debes de tener en cuenta, esta confuso con toda esta revelación tan repentina.
- ¿Y yo no?..- dijo Aurora cabreada.- Tengo a mi mejor amiga perdida en sabe Dios donde, por lo que han dado a entender los abuelos de Crist se tienen que marchar de “viaje” por no se que promesa del pasado y me da muy mala espina esas palabras. No se que tiempo tenemos, ni que reloj se ha puesto en marcha ni para que… tendríamos que estar afrontándolo juntos y vamos cada uno por un lado..
- En eso tienes razón… todos estamos algo desperdigados. Crist no sabemos donde anda, Ismael y Alejandra están buscándola, nosotros estamos a punto de perder de nuevo a Leonardo de vista..
- Vamos.
Se levantó rápidamente y empezó a correr hacía donde iba su amigo seguida de cerca por Rodrigo. Cuando llego a la altura de Leonardo que estaba causando de nuevo alguna que otra estampida por donde pasaba se paró ante él y antes de que dijera palabra lo cogió de las manos y lo retuvo. Este intento soltarse cabreado pero ella lo retenía con toda la fuerza de que era capaz, Rodrigo se quedó algo parado junto a ellos observando sin entender. Hubo un momento en que pareció parar el universo y el rostro crispado de Leonardo se suavizo, la tensión cedió y una leve sonrisa apareció en sus labios.

Crist había puesto la radio del coche y sonaba una de esas horribles canciones tecno que tampoco le gustaban pero que estaba tanto de moda. Cogió la carretera y acelero a fondo, sintió la velocidad en sus venas y se acordó vagamente de una canción de hombres G que el protagonista conducía como ella ahora, aunque ella lo hacía de día… pura coincidencia… en radio melodía empezó a sonar la canción recordada. Sus pensamientos eran confusos, sus abuelos… una promesa, un viaje sorpresa… cuando bajo a por el coche no estaba el seiscientos… sus abuelos se había ido a dar un paseo seguramente, volverían a casa, harían las maletas y querrían irse en el coche que ella conducía, ¿Cómo se iban a ir de viaje en aquel pequeño vehículo?. Una luz se fue haciendo en su mente, tenía que dar la vuelta, esperarlos, hablar mas tranquilamente de todo aquello… si… eso haría. Levanto el pie del acelerador, dio la intermitencia, y se metió en el arcen. Miro a su alrededor y se dio cuenta de que no conocía aquella carretera, no importaba, solo tenía que dar la vuelta y volver. No venían coches, hizo un par de maniobras y se coloco en el carril de regreso, entonces ocurrió, el coche empezó a renquear, dio un par de tirones y fue cuando Crist miro por primera vez el salpicadero… el piloto de la gasolina estaba encendido, seguramente el ordenador de a bordo la había avisado pero ni se había enterado, echo el intermitente de nuevo y lo último que hizo antes de que se parase del todo fue meterse de nuevo en el arcén. No podía avisar a nadie, estaba sola, aislada, con la avería de los tontos.. así la llamaban el quedarse colgada por falta de combustible. No se salió del coche, se quedo allí clavada en el asiento pensando que no era casualidad que justo aquel verano en el cual había conocido a los Draco todo había empezado a ir mal… estaban realmente malditos y ahora lo sabía sin dudarlo.. ellos eran los culpables de todo… solo ellos… sin poder evitarlo las lágrimas afloraron sin control y se desato la tormenta dentro de ella.

Dieron varias vueltas con el coche y no localizaban el Audi. Llegaron a la antigua carretera que salía del pueblo y que ya casi nadie utilizaba y Alejandra tuvo una corazonada.
- Vete por aquí.- le indico a Ismael.
Ismael enfilo por donde le decía su amiga y después de casi un cuarto de hora recorrerla divisaron un Audi A8 en el anden contrarió a su marcha.
- Mira donde esta.- dijo Ismael casi suspirando.- ¿Cómo has sabido que no la íbamos a encontrar aquí?
- Cuando me cabreo me vengo por aquí, para que pase alguien es un milagro y con las rectas que hay puedes acelerar un poquito mas de la cuenta.. por eso se me ocurrió que podría haberse venido ella también.
- Que suspicaz eres.- Comento Ismael.- Deberías de ser detective.
- No es para tanto, un poquito de intuición, no mas.
Ismael dio la vuelta y paro detrás del coche, se asomo por la ventanilla y llamo por los nudillos para que esta bajase la misma. Crist salio de sus pensamientos y bajo la susodicha.
- Hola guapa, ¿te has perdido?
- No, me he quedado sin gasolina.- dijo Crist aún hipando.
- ¿Y por eso estas llorando?... vamos, vamos.- le dio un suave beso.- Eso lo arreglo yo en un periquete.. ya vengo, ahora mismo te traigo un poco para que llegues al pueblo.
Fue hasta el coche y le indico a Alejandra que se quedara con ella hasta que regresara. Esta se bajo y se inclino en la ventanilla, la observaba en silencio y Crist aún le caían silenciosas lagrimas, lo peor ya había pasado. Alejandra se sintió en la necesidad de decir algo.
- Oye Crist, se que casi no nos conocemos pero si quieres que te ayude en algo.
Crist se sorprendió un poco, miro a Alejandra con cara de pocos amigos y sus palabras sonaron fuera de tono.
- ¡Oye!.. No te vengas haciendo la amiguita buena por qué tu eres la única causa de mi desgracia personal. Ahora comprendo porque dicen en el pueblo que sois malditos.. lo estoy comprobando de primera mano. Desde que os juntasteis con nosotras, y sobre todo conmigo, estoy recibiendo noticias realmente desagradables.
- No se a lo que te refieres… no creó que sea tan grave que tus abuelos tenga que hacer un viaje a no se que sitio.- hizo una breve pausa.- En cambio, si lo piensas bien, tus abuelos han revelado algo sobre mi familia que si es realmente doloroso, no han dicho que mi padre es un mentiroso y que esa mentira va sobre la muerte de mi abuela, mi abuela que se supone que esta viva en algún lugar. Eso si lo podría considerar toda una ofensa y en cambió estoy intentando mantener la calma.
La muerte, el viaje sin retorno.. un viaje que tu no podrás hacer… la muerte… la muerte de sus abuelos…
- Tu hermano y tu le vais a producir la muerte a mis abuelos.. sois unos asesinos.
Alejandra se quedo helada… ¿pero que decía aquella chalada?
- El viaje a ninguna parte, un viaje que no puedo ir… estoy segura que se refería a eso… a morir por una absurda promesa que hicieron a alguien… y estoy segura que esta relacionada con vuestra maldición… sois malditos por eso.. por que producís ese efecto en alguna personas... estoy segura.
No podía dar crédito a lo que escuchaba…
- Si eso fuera cierto no podríamos vivir con nadie, todos habrían muerto a nuestro alrededor… pero chica, ¿te estas escuchando?
- Cada vez lo tengo mas claro… ¡VETE DE MI VENTANA!.. ¡ASESINA!
Que extraño delirio le había ocurrido a esta chica… pensó Alejandra al oír todo aquello… de todos modos y viendo lo desencajada que estaba se alejo de la ventanilla y se quedo de pie tras el coche deseando que apareciera pronto Ismael con la gasolina.

- ¿Y los demás? .- pregunto Leonardo a Aurora.
- Crist esta desaparecida como tu, Ismael y tu hermana han ido a buscarla.
- Tendríamos que hacer lo mismo, buscarlos.
- ¿Por qué no regresamos a la casa de Crist y los esperamos allí?. Supongo que volverán allí.- Propuso Aurora.
- Estoy de acuerdo, iros los dos en la moto, yo llegare andando en un momento.
- ¿Estas seguro? .- preguntó Leonardo.
- La moto es tuya Leonardo, vete con Aurora.. ya has dado bastante escandalera por hoy.
- Tienes razón.- Sonrió Leonardo.- ¿Vamos Aurora?
Ella no contesto y se monto con el en la moto. Rodrigo emprendió la marcha hacía la casa cuando un fuerte golpe en la pierna le hizo doblarse de dolor.
- Tu eres uno de los que se pasean con ese Draco que ha escapado en la moto con la putita esa..- dijo un tío con muy mala pinta acompañado de cinco mas.- Vamos, cogedlo.
Rodrigo notó como dos de echo lo cogían estratégicamente y con rapidez se metían en un callejón cercano.
- Esto es lo que le hacemos a los que se juntan con esos malditos.- Y un doloroso puñetazo en la nariz hizo que esta empezara a sangrar. No podía moverse, lo tenían inmovilizado totalmente. El que hablo y otro empezaron a darle puñetazos. Rodrigo no supo cuanto duro aquello, perdió la noción del tiempo, los golpes que recibía se repetían sin cesar y pronto todo se volvió mas oscuro… mas oscuro…



jueves, 8 de julio de 2010

La casa de las Diez Ventanas

XII

Crist desayunaba animadamente en la cocina. Eran las diez y media y a pesar de que se habían acostado bastante tarde estaba despejada. Aurora entró con cara de cansancio y se sentó frente a su amiga.
- Buenos días.- Saludo Crist jovial.
Aurora estaba a punto de contestar cuando un bostezo le corto todo proyecto de soltar algo por su boca.
- Chica, pero tu.. ¿Cuánto necesitas dormir para estar despejada?
- No se… pero supongo que algo mas.
La abuela entró a la cocina y en su rostro se detonaba una seriedad que inquietaba.
- Chicas, ¿Dónde y con quien estuvisteis anoche?
- Pues estuvimos con Fran… fuimos al cine y a la playa con él.- contesto Crist sin vacilar.
- ¿Solo Fran?.. ¿No hubo nadie mas?
- Si.. hubo alguien mas… pero dime, ¿importa eso tanto?.- Crist se puso algo seria.- ¿A que viene esa pregunta así de pronto?, Nunca me has preguntado con quien voy y has confiado en mi buen criterio.
La abuela se sentó junto a Aurora y miro directamente a su nieta.
- Esta mañana ha estado aquí Adelaida, ya sabes quien es.
- Lo se.-
- Me ha comentado que anoche con vosotras aparte de Fran iba un Draco y que se ha visto en la obligación de advertirme de tus malas compañías.
- ¿Malas compañías?.- Refunfuño Crist.- ¿Ella que sabrá de malas compañías?
- Crist… ¿Anoche iba con vosotras un Draco?
- ¡SI… ERA UN DRACO!..- Estallo algo alterada.- Pero te puedo asegurar que no es mala persona, es un buen …
La abuela de Crist no contesto, su cara se había quedado pálida, pareció perderse en sus propios pensamientos y salió de la cocina cuchicheando entre dientes. Las dos amigas se miraron sin comprender. Crist estaba arrepentida, le había hablado bruscamente a su abuela y supo que se tenía que haber controlado, se sintió bastante mal por eso y casi le entraron ganas de llorar.
- Crist, oye..
- Lo se, me he sobresaltado demasiado.- comento Crist casi sin voz.- Pero es que esa Adelaida es la tía mas chismosa de este pueblo y me he puesto de los nervios..
- Bueno, no te preocupes… tu abuela es guay, veras como dentro de un rato se le pasara y hablareis de esto mas calmadas.
- Espero que si.- tomo un sorbo de leche.- Es que no se como explicártelo… anoche la sombra aquella, lo que dijo, luego la chica aquella, Luna, con solo cogernos la mano que supiera tanto de nosotras… este verano se esta convirtiendo en un expediente X.
- Bueno… no se, yo es el primer año que vengo.
- Cierto..- sonrió Crist.- No te tengo que amargar, encima que por fin has podido venir.. venga, terminemos de desayunar que hemos quedado con Fran para ir a la casa de Leonardo.
- Leonardo, que majo.
Crist sonrió a su amiga pues al pronunciar esas palabras le había salido como un suspirito, le dio otro trago a su leche y un buen bocado a la deliciosa tostada.
- A ti te hace tilín Leo, ¿verdad?.
- Es simpático.
- Si, ya simpático.
Aurora ya no dijo nada y se levanto pesada, se preparo un vaso de leche con cola-cao y se lo termino de un trago. Su amiga ya se había embullido la tostada y terminado también su leche.
- ¿Nos vamos para el hotel en busca de Fran? .- pregunto feliz.
- Si, a ver si por el camino me despejo un poco.
- Espero que si, llevas una cara de sueño que tira “pa tras”.
Aurora sonrió casi sin ganas, el andar le vendría bien. Salieron de la casa y en el jardín estaba la abuela charlando con cara de preocupación con su abuelo, Crist notó un nudo en la entrada del estomago, los dos estaban serios. Se acerco sigilosa y se paro ante los dos ancianos.
- Abuela.- Esta la miro con severidad.- Siento lo de an..
- ¿Dónde vais ahora? .- le corto fríamente.
Crist se quedo pálida, jamás había empleado ese tonó con ella.
- Pues a dar una vuelta.
- No me engañes Crist, te conozco bien.- hizo una pausa significativa.- Se que vais al hotel a por Ismael para ir a casa de los Draco. No me preguntes como lo se, pero lo se.- afirmo rotunda.- Quiero que los invites hoy al medio día a comer, es muy importante que vengan.. ¿Comprendes?
Crist se quedo aún mas pálida si podía ser posible, pues cada vez comprendía menos de lo que su abuela le pedía.
- Que venga él y su hermana y no te olvides de Ismael y su hermano también.
¿Ismael tenía un hermano? pensó Crist confusa.
- ¿Me estas escuchando?.- pregunto la anciana de nuevo.
- Si…. si..
- Pues os espero a las dos y media, sabes que a esa hora se come en esta casa.- hizo una pausa antes de concluir.- Quiero que estemos todos reunidos.
Crist no sabía si estaba oyendo todo lo que estaba oyendo o si en algún momento se iba despertar de una especie de… ¿sueño?... Miro a Aurora que tenía una expresión también de confusión y que la miró a su vez con una interrogación.
- Venga, arreando que es gerundio..- animo la anciana.- Vais a llegar tarde a la cita.
Las dos salieron calladas y pensativas de allí. Aurora rompió el silencio.
- ¿Por qué querra conocerlos si parece que no le haga gracia?
- No se.. pero todo es tan lioso, tan mosqueante.. nada me da buena espina.
Se quedaron otro rato en silencio y fue de nuevo Aurora quién lo rompió.
- A Ismael lo invito así cuando supo lo vuestro?
- Ahora que lo dices si.- su expresión se sereno un poco.- Llevaba solo dos días que salía con él y como hoy, desayunando, me soltó.. Nena, ¿por qué andas tan contenta últimamente por la casa?, y yo le dije que por nada y entonces me soltó, Crist, no me puedes engañar, invita hoy a comer a tu enamorado, me gustaría conocerlo. Yo me quede de piedra… ¿pero como sabía ella aquello?... Así que ese mismo día fue a comer a casa y lo conocieron.
- Tu abuela tiene como un sexto sentido, no se le escapa nada.. además si se intereso en conocer a Ismael no me extraña nada que quiera conocer a los Draco, aunque en el fondo no le haga mucha gracia por las habladurías del pueblo.
- La verdad es que tiene sentido.- razonó Crist.
A pesar de lo razonable que aquella explicación pareciera las dos intuían que había algo mas, el silencio siguió hasta llegar al hotel. Ismael las esperaba en recepción y acompañadas de él bajaron al parking donde este cogió de una moto dos cascos pasándole uno a Crist. Se pusieron los susodichos y este se montón en la maquina invitando a Crist a que hiciera lo mismo. Esta iba a replicar cuando un motorista apareció y se paro al lado de ellas, le paso un casco a Aurora y ella sintió un pequeño blinco en el corazón.
- Sube.- le invito la clara voz de Leonardo.
Esta no dijo nada, se subió y se agarro a él. La moto se movió en un ronco sonido y salieron de allí. Aurora cerro los ojos y entonces los recuerdos invadieron su mente, de aquellos paseos con Jorge en su motocicleta de 40 cc., de lo bien que se lo pasaba y de tantas sensaciones que creía que estaban borradas… Jorge, aquel ser “maravilloso” que le había roto el corazón después de estar jugando con ella dos años y medio… y a pesar de todo pensaba que todavía era maravilloso… no quería volver, dar carpetazo era lo mejor aunque resultaba difícil… ¿Cuánto tiempo sería necesario para sacarlo de sus sentimientos?.. Entonces lo notó, la velocidad descendía, la moto paraba y las lagrimas traicioneras había hecho su aparición. Se bajo cuando pararon e intento secarse esas gotitas, mas en un cruce de miradas supo que la habían descubierto… demasiado tarde. Él no pregunto nada, recogió el casco y lo coloco en su sitio.
- Este es mi hogar, bienvenida a mi humilde morada.- dijo invitándola a seguirle.
¿Humilde?... pensó Ana mientras se acercaba. La morada resulto ser un precioso chalet, no era en realidad muy grande pero si que estaba decorado con un gusto exquisito. Después de la visita a aquel acogedor lugar salieron por detrás a un gran jardín donde no faltaba varias clases de árboles, varios rosales y un gran jazmín. Atravesaron un corto sendero hecho con piedras desde donde se podía ver una gran piscina y una pareja se bronceaba al sol. La chica se levanto rápidamente y se acerco a los visitantes llena de alegría. Era alta y su rostro era tan atractivo como la de su hermano, su pelo, recogido en una trenza, le llegaba casi donde la espalda pierde su nombre. Aurora al acercarse se dio cuenta de que su mirada tenía la misma profundidad que la de su hermano, aunque carecía de melancolía en ella.
- Bienvenidos a nuestra casa, estaba ansiosa por conoceros desde que mi hermano me hablo anoche de vosotros.- Su voz era dulce y melodiosa.- Me llamo Alejandra.
- ¿Alejandra? .- Aurora le sorprendió aquello, su sueño, el chico de su sueño era Alejandro, y la pregunta que le continuo le salio automática.- ¿Te pusieron Alejandra por alguien en concreto?
La pregunta sonó tan concreta que todos la miraron algo desconcertados, todos menos la preguntada.
- Mi padre se llama así, y a mi madre le gustaba tanto el nombre de Leonardo que resolvieron llamarme a mi Alejandra y hacer un pequeño cambio en la tradición.
- ¿Tradición?... ¿Hay mas Alejandros en la familia? – Siguió preguntando Aurora sin inmutarse por tanta indiscreción.
- Mi abuelo, mi bisabuelo.. que yo sepa eran Alejandros también.
Aurora no pregunto mas, pero supo con certeza que era uno de sus antepasados el que, y ahora supo que era algo mas que un sueño, había hablado con ella y su amiga.
- ¿Te pasa algo? .- le pregunto Leonardo algo preocupado.
- No.- Contesto rotunda.
- Os quedareis a bañaros, ¿verdad?.
- Pues la verdad es que no sabíamos nada de la piscina.- comento Crist.- Pero la próxima vez nos traemos el traje de baño.
- Bien, eso significa que habrá mas veces.- dijo la chica jovial.- Por cierto, ese que esta tirado en la otra hamaca es Rodrigo… lo que pasa es que con los cascos no se entera de nada.
- Déjamelo a mi.- Comento Ismael.
Le quito los cascos y antes de que pudiera replicar lo cogió en brazos y lo tiro a la piscina.
- Siempre son así.- Explico Leonardo con tranquilidad.
Rodrigo salio como una exhalación de la piscina y fue directo a por su hermano que se escondió tras Crist.
- Te presento a Cristina… Crist, mi hermano Rodrigo.
- Mucho gusto, no te doy dos besos por que estoy empapado.- suspiro y miró a la otra chica.- Y tu debes de ser Aurora.
- Si.- Sonrió.- Ya se que no me das dos besos porque estas empapado.
- Bueno, ya que nos conocemos todos os tengo que dar un anunció.- dijo Crist.- Mi abuela os ha invitado a los cuatro a comer al medio día… os quiere conocer.
- Iremos con mucho gusto, por lo que no ha contado Ismael es una señora maravillosa.
- Veo que Ismael a vosotros os cuenta muchas cosas.- comento Crist.
- La verdad es que si.- Comento Alejandra mientras consultaba su reloj.- Como son alrededor de las doce, ¿Queréis tomaros algo?.. Pasemos a la casa para tal fin.
Todos estuvieron de acuerdo y cruzaron de nuevo el sendero de piedras para llegar al porche que accedía a la cocina. Allí, bajo el techado se sentaron y tomaron un tentempié charlando animadamente.

Todos se había retirado, Rodrigo y Alejandra había subido a ducharse. Crist e Ismael se entraron al salón huyendo de el calor. Aurora prefirió dar un paseo mas detenido por el jardín mas y Leonardo la acompañaba.
- Aurora, ¿Qué te ha pasado antes?
- ¿Cuándo?
- Al bajarte de la moto.- Se mordió el labio como si se hubiese equivocado.- Bueno, no tienes que decir nada.
- Me acorde de alguien que quizás no tenía que haberme acordado.
- Siento la pregunta.. no tenía que haberla hecho, no tengo tanta confianza contigo para tal atrevimiento.
- Sabes, algunas veces los que aspiran mas confianza son los primeros en traicionarte.
Leonardo no contesto a aquello, siguió en silencio caminando a su lado y se le planteo otra duda.
- Quizás sea curiosidad, pero…Cuando mi hermana te ha dicho su nombre… ¿Te has acordado de tu sueño?... ¿has pensado que algún miembro anterior de mi familia ha podido aparecer en tu sueño?
- Es extraño, pero tengo esa sensación, y es tan fuerte que parece real.- sonrió.- ¿Nunca te han dicho si te parecías a tu abuelo, o a tu bisabuelo, o incluso a tu padre?
- A mi padre le doy un aire, a mi abuelo no lo llegue a conocer.
- Vaya... ¿y tu padre nunca te ha dicho nada?
- Mi padre tampoco conoció a mi abuelo… murió antes de que él naciera.
Aurora se sintió mal, notó a Leonardo mas sombrío, mas melancólico. Pasearon en silencio un rato mas, Leonardo se paro ante un rosal, cogió una rosa blanca con cuidado y aspiro su aroma, luego, se la dio a Aurora sin mediar palabra. Ella le miro y en el fondo de aquella mirada distinguió de nuevo la luz.

domingo, 4 de julio de 2010

BSO

Como no se como meter una música de esas que suenan cada vez que abres el blog, aquí os dejo una música que me gusta bastante.. y es que últimamente esta muy de moda.

Que, ¿os suena?... bueno pues dentro de poco (espero) seguiré con mi relato sobre la casa...

X cierto, si alguien me puede explicar como se pone música en el blog lo agradecería, a ver si puedo hacerlo.