viernes, 9 de julio de 2010

La casa de las Diez Ventanas

XIII

Crist respiro hondo e hizo girar las llaves en la cerradura. Esta se abrió e hizo entrar a sus nuevos amigos. Se sentía extraña al entrar allí a los Draco tras la breve conversación de la mañana con su abuela, aunque habías sido ella la que había querido que fueran. Sabía que mas de una vecina estaría espiando, que algunas dejarían de hablar a sus abuelos por aquella entrada, que quizás hasta los considerarían malditos, todo esto cruzaba por su cabeza cuando la voz de su abuela la saco de toda cavilación.
- Bienvenidos a mi hogar.- Anuncio sin mas preámbulos.- Por favor, acompañadme al comedor.
Todos pasaron detrás de ella a un bonito comedor donde la mesa presidencial estaba preparada con todo detalle y olía estupendamente a la comida que había preparado. Se sentaron y durante la degustación de los exquisitos manjares preparados con esmero se pudo respirar un cierto aire de incomodidad acompañado de un prolongado silencio. El nerviosismo se podía adivinar en el ambiente de unos y otros comensales. Cuando por fin termino el almuerzo la abuela ayudada de las tres chicas quitaron la mesa y recogieron la cocina, al finalizar pasaron a la sala. Todo resultaba frió y extrañamente embarazoso, era como si alguien hubiese establecido una invisible regla de silencio, silencio que por fin rompió el abuelo de Crist mientras se servia el café.
- Entonces, vosotros sois los Dracos.
La pregunta dejo desconcertados y fuera de juego a todos, incluso Crist sintió un poco de vergüenza ajena ante tal especificación.
- Así nos apellidamos, somos los temidos y malditos Dracos de la casa de enfrente.- Explico con tranquilidad Leonardo.- Yo me llamo Leonardo, ella es mi hermana Alejandra. Desde luego os agradecemos de corazón que nos haya invitado a su casa sabiendo que se han expuesto a quedar mal con todo el pueblo.
- A nosotros nunca no ha importado mucho lo que digan los del pueblo, si no jamás hubierais pisado esta casa.- Explico la abuela de Crist.- Además.- hizo una pausa.- Yo conocía a vuestra abuela.
- ¿Conoció a nuestra abuela? .- preguntó Alejandra ansiosa.
- Conocer es poco.. era mi mejor amiga.- miró a Leonardo directamente.- Y a vuestro abuelo también lo conocí, eres igual que él.
Aurora no pudo disimular una mirada a este y de nuevo ver reflejado el rostro de su sueño.
- Supongo que vuestra abuela ha mantenido en silencio la historia de vuestra maldición, pero ya es hora de que habléis con ella y os la cuente.- Hizo una pausa mas larga que la primera para pronunciar con severidad.- Ya ha llegado la hora.
- Siento ser portadora de malas noticias, pero mi abuela murió antes de que nosotros naciéramos, nunca la hemos conocido.- Explico Alejandra.
La abuela de Crist pareció confusa y busco la misma confusión en el rostro de su marido, mas este no tenía ningún signo de esa confusión y fue rotundo.
- Vuestra abuela esta viva. Debéis de preguntarle a vuestro padre por ella y que os explique el porque de su mentira. Tenéis que hacerlo rápido pues el reloj ha empezado su cuenta atrás y el tiempo pasa deprisa. Esta llegando el momento, nosotros pronto partiremos para cumplir la promesa.
Los dos hermanos se miraron y Crist se quedo atónita y horrorizada, ¿A que viaje se refería su abuelo?
- ¿De que viaje habláis?... ¿Adonde os vais? .- preguntó angustiada.
- Es un viaje donde no nos puedes acompañar. Tu te debes de quedar aquí y debes de ser fuerte y apoyarte en tus amigos.- Explico la abuela con tranquilidad.
Crist se sintió desfallecer por dentro, no quería pensar en que ese viaje fuera el viaje final, el viaje sin retorno que todos tenían que hacer en algún momento de su vida…
- No os tenéis que ir.- concluyo desesperada.- Aquí estáis muy bien, no permitiré..
- Crist, no lo entiendes…- cortó el abuelo.- …Lo sabemos, mas tienes que confiar en nosotros. Hace tiempo hicimos una promesa para poder ..
- ¡No! … ella es la que tiene que explicarle todo eso.
- ¿Eso tiene relación con un anillo? .- Se oyó Aurora preguntado sorprendida.
- Si…- Hizo una pausa de nuevo y respiro.- Hablad con ella.
Leonardo fue la que tomo la palabra atolondradamente.
- Siento…- le faltaba el aire.- … siento que me tengo que retirar. Espero que me podáis disculpar, no me encuentro bien.- Se levantó sin esperar y Crist dentro de su confusión lo acompaño hasta la puerta.
- Leonardo, ¿Dónde vas? .- le preguntó.
Este la miró perdido.
- A reflexionar con mi mejor esperanza.
Crist se quedo petrificada por la respuesta y lo vio alejarse por la calle. Volvió a la sala donde todos estaban sumidos en sus propios pensamientos.
- ¿Se ha ido Leonardo?
- A reflexionar con su mejor esperanza.- Contesto Crist a su abuela.- La verdad, es que no entiendo nada de todo lo que habéis dicho… ni él ni vosotros.
- Lo que hemos dicho nosotros es el principio del fin. Tenéis que cuidaros unos a otros, tenéis que estar unidos, llegar al fondo.. buscad y reflexionar cada paso.- dijo el abuelo dejando aún mas confundidos a todos.- Ahora debemos de irnos, vamos cariño.- y con estas últimas palabras salieron los dos de allí dejando al resto llenos de dudas.


XIV

Todos oyeron un coche marcharse. El silenció retorno a la sala y cada uno estaba sumido en sus propios pensamientos. Crist no podría dejar de pensar en las palabras de sus abuelos, un viaje, un largo viaje donde ella no podía ir, cada vez una imagen mas clara se translucía tras las palabras. Los nervios le subían, necesitaba salir de allí, necesitaba irse… sin decir ni media salió de la habitación y fue directa al garaje, el pequeño seiscientos no estaba así que sin pensárselo cogió el Audi A8 que tenía las llaves puesta.
- Crist… se va.-
Los otros tres salieron de sus pensamientos.
- Ya se han ido dos.- comentó Rodrigo reflexionando.
- Estamos haciendo todo lo contrario de lo que nos han recomendado.- Continúo Ismael.
- Tenemos que buscarlos, tenemos que estar unidos.- concluyo Alejandra.
- Si nos dividimos en dos grupos serás mas amplia la búsqueda… Yo iré con Alejandra en el coche, Rodrigo tu ve con Aurora en la moto.
Sin mas preámbulos los cuatro se pusieron en movimiento.

A Leonardo no le importo que fueran las cinco de la tarde, que la gente llenara las terrazas de las cafeterías. No le importo el niño que salió despavorido llorando cuando paso, ni le importo que alguien llamara a un guardia cuando atravesó el paseo marítimo. Atravesó la playa y se marchó directamente a su lugar preferido. Algunos curiosos se acercaban con precaución “al maldito” y al menor movimiento se alejaban despavoridos.
El no comprendía porque su padre le había mentido acerca de su abuela. El siempre había confiado plenamente en él, jamás había durado de su palabra. Nunca le había mentido, eso no existía en su universo. Ahora se sentía confuso, traicionado, dolido en un sitio bastante profundo. La lágrimas le quemaban y su pulso se acelero, de pronto noto el sabor salado, ese sabor que tantas veces le habían acompañado en su vida. Los sollozos poco a poco fueron aumentando, se sentía perdido…
Los niños que merodeaban alrededor se asustaron plenamente cuando “el maldito” empezó a emitir “sonidos extraños”, la gente se alarmo y se empezaron a desplazar a otro sitió de la playa.
Aurora tuvo la certeza de donde estaba sobre todo al ver el alboroto que se estaba formando por algunas zonas próximas a la playa.
- Rodrigo, en las rocas aquellas… aparca la moto.
Rodrigo aparco y los dos se fueron directamente hacía el objetivo, era fácil adivinar al ver el hueco que había quedado vació cerca de él. Cuando llegaron Leonardo estaba sumido en una tristeza perdida, los ojos los tenía enrojecidos, se notaba desmoralizado y no salía de su hipnotismo. Aurora no sabía que hacer, se agacho enfrente en silencio, Rodrigo le cogió la mano y empezó a estirar suavemente de ella hasta que de nuevo volvió allí.
- Valla, estáis aquí… ¿Cuándo habéis llegado?
- Hace un ratito.
- ¿Cómo me habéis encontrado?
- Siguiendo la reacciones de la gente.
Leonardo miro a su alrededor.
- Pobre gente… Me siento tan mal cuando me doy cuenta de que es mi presencia la que produce esto.- Se levanto.- ¿Nos vamos?
- Creíamos que te estábamos esperando a ti y ahora resulta que eres tu el que espera que nos movamos, valla.- comento Aurora divertida.
- Siempre fue así…- La voz de Leonardo sonaba extraña.- Se supone que éramos mi hermana y yo quien esperaba a que llegarais a nuestras vidas para que pudiéramos desconfiar de nuestros padres.
Aurora se quedo algo pasmada…
- Pero Leonardo.. ¿De que hablas?
- Ahora comprendo lo que me dijiste en el jardín… los que aspiran mas confianza son los primeros en traicionarte… me estabas preparando para el golpe de la tarde, ¿no?
- Eso.. eso no tenía nada que ver con esto, con lo que hemos conocido esta tarde… lo que te comente fue por… por…- dudo un momento.- por motivos personales… además yo no tengo por que contarte mis motivos.. como tu mismo me dijiste no tengo la suficiente confianza contigo, nos conocemos de un par de días..
- Tienes razón.- Se levantó de un golpe y se marcho sin mediar mas palabras.
- Nunca lo había visto así.- comentó Rodrigo sorprendido.
- Ha sido muy injusto echándome la culpa de los comentarios de los abuelos de Crist… yo no sabía nada.
- No se lo debes de tener en cuenta, esta confuso con toda esta revelación tan repentina.
- ¿Y yo no?..- dijo Aurora cabreada.- Tengo a mi mejor amiga perdida en sabe Dios donde, por lo que han dado a entender los abuelos de Crist se tienen que marchar de “viaje” por no se que promesa del pasado y me da muy mala espina esas palabras. No se que tiempo tenemos, ni que reloj se ha puesto en marcha ni para que… tendríamos que estar afrontándolo juntos y vamos cada uno por un lado..
- En eso tienes razón… todos estamos algo desperdigados. Crist no sabemos donde anda, Ismael y Alejandra están buscándola, nosotros estamos a punto de perder de nuevo a Leonardo de vista..
- Vamos.
Se levantó rápidamente y empezó a correr hacía donde iba su amigo seguida de cerca por Rodrigo. Cuando llego a la altura de Leonardo que estaba causando de nuevo alguna que otra estampida por donde pasaba se paró ante él y antes de que dijera palabra lo cogió de las manos y lo retuvo. Este intento soltarse cabreado pero ella lo retenía con toda la fuerza de que era capaz, Rodrigo se quedó algo parado junto a ellos observando sin entender. Hubo un momento en que pareció parar el universo y el rostro crispado de Leonardo se suavizo, la tensión cedió y una leve sonrisa apareció en sus labios.

Crist había puesto la radio del coche y sonaba una de esas horribles canciones tecno que tampoco le gustaban pero que estaba tanto de moda. Cogió la carretera y acelero a fondo, sintió la velocidad en sus venas y se acordó vagamente de una canción de hombres G que el protagonista conducía como ella ahora, aunque ella lo hacía de día… pura coincidencia… en radio melodía empezó a sonar la canción recordada. Sus pensamientos eran confusos, sus abuelos… una promesa, un viaje sorpresa… cuando bajo a por el coche no estaba el seiscientos… sus abuelos se había ido a dar un paseo seguramente, volverían a casa, harían las maletas y querrían irse en el coche que ella conducía, ¿Cómo se iban a ir de viaje en aquel pequeño vehículo?. Una luz se fue haciendo en su mente, tenía que dar la vuelta, esperarlos, hablar mas tranquilamente de todo aquello… si… eso haría. Levanto el pie del acelerador, dio la intermitencia, y se metió en el arcen. Miro a su alrededor y se dio cuenta de que no conocía aquella carretera, no importaba, solo tenía que dar la vuelta y volver. No venían coches, hizo un par de maniobras y se coloco en el carril de regreso, entonces ocurrió, el coche empezó a renquear, dio un par de tirones y fue cuando Crist miro por primera vez el salpicadero… el piloto de la gasolina estaba encendido, seguramente el ordenador de a bordo la había avisado pero ni se había enterado, echo el intermitente de nuevo y lo último que hizo antes de que se parase del todo fue meterse de nuevo en el arcén. No podía avisar a nadie, estaba sola, aislada, con la avería de los tontos.. así la llamaban el quedarse colgada por falta de combustible. No se salió del coche, se quedo allí clavada en el asiento pensando que no era casualidad que justo aquel verano en el cual había conocido a los Draco todo había empezado a ir mal… estaban realmente malditos y ahora lo sabía sin dudarlo.. ellos eran los culpables de todo… solo ellos… sin poder evitarlo las lágrimas afloraron sin control y se desato la tormenta dentro de ella.

Dieron varias vueltas con el coche y no localizaban el Audi. Llegaron a la antigua carretera que salía del pueblo y que ya casi nadie utilizaba y Alejandra tuvo una corazonada.
- Vete por aquí.- le indico a Ismael.
Ismael enfilo por donde le decía su amiga y después de casi un cuarto de hora recorrerla divisaron un Audi A8 en el anden contrarió a su marcha.
- Mira donde esta.- dijo Ismael casi suspirando.- ¿Cómo has sabido que no la íbamos a encontrar aquí?
- Cuando me cabreo me vengo por aquí, para que pase alguien es un milagro y con las rectas que hay puedes acelerar un poquito mas de la cuenta.. por eso se me ocurrió que podría haberse venido ella también.
- Que suspicaz eres.- Comento Ismael.- Deberías de ser detective.
- No es para tanto, un poquito de intuición, no mas.
Ismael dio la vuelta y paro detrás del coche, se asomo por la ventanilla y llamo por los nudillos para que esta bajase la misma. Crist salio de sus pensamientos y bajo la susodicha.
- Hola guapa, ¿te has perdido?
- No, me he quedado sin gasolina.- dijo Crist aún hipando.
- ¿Y por eso estas llorando?... vamos, vamos.- le dio un suave beso.- Eso lo arreglo yo en un periquete.. ya vengo, ahora mismo te traigo un poco para que llegues al pueblo.
Fue hasta el coche y le indico a Alejandra que se quedara con ella hasta que regresara. Esta se bajo y se inclino en la ventanilla, la observaba en silencio y Crist aún le caían silenciosas lagrimas, lo peor ya había pasado. Alejandra se sintió en la necesidad de decir algo.
- Oye Crist, se que casi no nos conocemos pero si quieres que te ayude en algo.
Crist se sorprendió un poco, miro a Alejandra con cara de pocos amigos y sus palabras sonaron fuera de tono.
- ¡Oye!.. No te vengas haciendo la amiguita buena por qué tu eres la única causa de mi desgracia personal. Ahora comprendo porque dicen en el pueblo que sois malditos.. lo estoy comprobando de primera mano. Desde que os juntasteis con nosotras, y sobre todo conmigo, estoy recibiendo noticias realmente desagradables.
- No se a lo que te refieres… no creó que sea tan grave que tus abuelos tenga que hacer un viaje a no se que sitio.- hizo una breve pausa.- En cambio, si lo piensas bien, tus abuelos han revelado algo sobre mi familia que si es realmente doloroso, no han dicho que mi padre es un mentiroso y que esa mentira va sobre la muerte de mi abuela, mi abuela que se supone que esta viva en algún lugar. Eso si lo podría considerar toda una ofensa y en cambió estoy intentando mantener la calma.
La muerte, el viaje sin retorno.. un viaje que tu no podrás hacer… la muerte… la muerte de sus abuelos…
- Tu hermano y tu le vais a producir la muerte a mis abuelos.. sois unos asesinos.
Alejandra se quedo helada… ¿pero que decía aquella chalada?
- El viaje a ninguna parte, un viaje que no puedo ir… estoy segura que se refería a eso… a morir por una absurda promesa que hicieron a alguien… y estoy segura que esta relacionada con vuestra maldición… sois malditos por eso.. por que producís ese efecto en alguna personas... estoy segura.
No podía dar crédito a lo que escuchaba…
- Si eso fuera cierto no podríamos vivir con nadie, todos habrían muerto a nuestro alrededor… pero chica, ¿te estas escuchando?
- Cada vez lo tengo mas claro… ¡VETE DE MI VENTANA!.. ¡ASESINA!
Que extraño delirio le había ocurrido a esta chica… pensó Alejandra al oír todo aquello… de todos modos y viendo lo desencajada que estaba se alejo de la ventanilla y se quedo de pie tras el coche deseando que apareciera pronto Ismael con la gasolina.

- ¿Y los demás? .- pregunto Leonardo a Aurora.
- Crist esta desaparecida como tu, Ismael y tu hermana han ido a buscarla.
- Tendríamos que hacer lo mismo, buscarlos.
- ¿Por qué no regresamos a la casa de Crist y los esperamos allí?. Supongo que volverán allí.- Propuso Aurora.
- Estoy de acuerdo, iros los dos en la moto, yo llegare andando en un momento.
- ¿Estas seguro? .- preguntó Leonardo.
- La moto es tuya Leonardo, vete con Aurora.. ya has dado bastante escandalera por hoy.
- Tienes razón.- Sonrió Leonardo.- ¿Vamos Aurora?
Ella no contesto y se monto con el en la moto. Rodrigo emprendió la marcha hacía la casa cuando un fuerte golpe en la pierna le hizo doblarse de dolor.
- Tu eres uno de los que se pasean con ese Draco que ha escapado en la moto con la putita esa..- dijo un tío con muy mala pinta acompañado de cinco mas.- Vamos, cogedlo.
Rodrigo notó como dos de echo lo cogían estratégicamente y con rapidez se metían en un callejón cercano.
- Esto es lo que le hacemos a los que se juntan con esos malditos.- Y un doloroso puñetazo en la nariz hizo que esta empezara a sangrar. No podía moverse, lo tenían inmovilizado totalmente. El que hablo y otro empezaron a darle puñetazos. Rodrigo no supo cuanto duro aquello, perdió la noción del tiempo, los golpes que recibía se repetían sin cesar y pronto todo se volvió mas oscuro… mas oscuro…



2 comentarios:

noeli dijo...

:( Jolin,, espero que todo se arrelge, que ansiedad me entró jeje, me alegro que hayas puesto mas mi Anita guapa, cada vez se pone mas interesante, Graciasss, un besazo muy grande cariño

Ana dijo...

No te voy a adelantar nada, pero espero que para el lunes deje un poquito mas.. X cierto, ¿Te has dado cuenta de que la canción de hombres G es la que menciono en el relato?... Al final aprendi a añadir música gracias a que eres una gran maestra!! .. A partir de ahora si suena algo distinto al entrar a mi pagina, atenta, pues lo mismo la menciono en el episodio.
Besos Bella Noeli!