viernes, 29 de octubre de 2010

Para siempre...

Otro año mas llamaron a la puerta y fue con algo de dificultad hasta ella. La abrió y unos niños le pedían "Truco o trato". Tenía preparados unos pocos caramelos para la ocasión, no es que estuviera de acuerdo con aquella tradición que había venido de las americas pero que remedio, eran niños y los niños siempre eran la alegría de la huerta. Fue despacio hasta el pequeño salón y se sentó de nuevo ante la tele. En realidad no le estaba prestando la mayor atención, no le interesaba lo que echaban y a pesar de tanto canal nunca encontraba nada que la llenara. En ,ya no le llenaba nada, la casa estaba tan vacía como su interior. No supo cuanto tiempo paso mirando la caja tonta por hacer algo cuando de nuevo llamaron a la puerta. Se levanto de nuevo y fue hasta ella, otros niños, otro trato, otros caramelos que cayeron en sus bolsas. Este gesto se repetiría varias veces hasta que se quedo sin una chucheria en la fuente que había preparado esa misma tarde. En la última entrega miro la hora y eran casi las doce... ¿Por qué no?.. Se puso el abrigo y salio a la calle. Ando por las calles donde todavía se veían algunos fantasma, brujas y diablillos. Paseo sin rumbo fijo y llego al parque donde algunos pub ofrecían fiestas de Halloween y la gente entraba y salia disfrazada de aquellos locales. Se cruzo con muchos jóvenes que llevaban provisiones para beber y comer en algún sitio a la intemperie de aquella fría noche... y es que hacía frió, si. El cielo despejado dejaba ver una intensa y hermosa luna llena y caía una helada, o al menos eso fue lo que ella pensó cuando se ajusto mas el abrigo que había cogido al salir. Se acordó de su calentita bufanda que se había dejado en la percha.. la tendría que haber cogido, pensó para sus adentros.
Se sentó por fin cansada, ya no estaba para tanto trote. Recordó cuando ella misma era una joven chica que encandilaba a todos los chicos. Se acordó de sus amigas, de sus amigos, de su amigo.. su amigo especial que un día le pidió que se fuera a vivir con él... de como renuncio por su compromiso con su familia. Su familia, raíz indiscutible en su vida. Toda su vida dedicada a cuidar de su padre y de su hermano cuando su madre murió, toda su vida en aquel piso de donde hacía un buen rato había salido por la puerta... toda su vida...
- Perdona, ¿Estas sola?
Aquella voz... estaba segura, segurisima de quien le hablaba, pero no podía ser, él estaba lejos, en Madrid y siempre que iba al pueblo la avisaba para salir y esta vez no lo había echo.
- Eduardo... ¿Que haces aquí?
- He venido a tu llamada.
- ¿Mi llamada?
- Si... ¿No has pensado en mi hace un momento?
- Pues la verdad.... la verdad es que.... si.... pero... ¿Como lo has sabido?
- No se... pero estoy aquí.
Aquello a Lisa le resulto algo extraño.
- ¿Te estas quedando conmigo?
- Si... eso pretendo... por fin poder quedarme contigo.
Lisa se estremeció, hacía frió y lo noto de nuevo. Eduardo se sentó a su lado y la miro a los ojos. A pesar de los años aún la veía bonita, tenía la piel mucho mas arrugada que cuando la conoció, se notaba el cansancio de los años, del trabajo, del sufrimiento. De una vida entregada a un padre casi invalido y a un hermano solterón de carácter difícil. Se hizo cargo demasiado joven de una casa, de unas responsabilidades que le venían grandes. Tuvo que afrontar dificultades que muchos adultos no podrían haber afrontado. Renuncio a todo, a su único amor por ser mujer de hogar. Todos se fueron, primero su padre y al final su hermano dejándola sumida en un oscuridad que a dudas penas podía alumbrar con algo de esperanza. Mayor, sola... ¿Que había pasado?... en aquella oscuridad encontró las respuestas, quizás si aquella tarde de Octubre en vez de decir que no a la pregunta de su amor hubiera dicho que si habría tenido vida. Quizás habría tenido un hogar, su hogar, unos hijos, a lo mejor nietos..... pero el "No" la sepulto para siempre en vida juntos a aquel a quien debía lealtad por haberle dado a ella la oportunidad del derecho de nacer.
Su amigo, su mejor amigo, su único amigo en aquel tortuoso camino la llamaba puntualmente todos los viernes y venia a verla cuando podía. Salían juntos durante unas horas y en esas horas todo se olvidaba, era como una primavera prematura que había que disfrutar de cada una de sus flores, de su calidez, de sus perfumes. Aquel "No" había dado lugar a una amistad verdadera y única.... ella pensaba para su consuelo por aquellos entonces que era mejor así, disfrutar del buen vino en pequeños sorbitos.
Cuando murió su padre y se quedo a solas con su hermano se sintió desfallecer, aquel solterón tenía muy mal genio, quizás algunas veces demasiado mal genio. Se volvió una sombra en la casa donde siempre estuviera todo a punto, todo en su sitio. Se refugio en la misa y en la oración, en pedir a su Dios que la furia no llegase a desbordar la armonía existente.
El tabaco pobló los pulmones de humo, el alcohol calo el estomago y el hígado y una tarde sin previo aviso el corazón de su hermano pensó que ya no aguantaba mas en aquel torturado cuerpo y dejo de latir.
Al volver del cementerio se sentó en el sofá y miro a su alrededor... y ahora, ¿que?... se pregunto cuando se dio cuenta de que ya no había a nadie a quien cuidar... ¿Se tendría que dejar ella también o era su momento?. Fue hasta el cuarto de baño y se miro al espejo por primera vez desde hacía muchos, muchos años. Estaba vieja, arrugada, estropeada, cubierta de aquel luto que la hacia envejecer mas. Hizo la cuenta de los años que ya acarreaba desde que exhalo el primer suspiro de vida y se supo en los 72... ¿Que podía esperar ya a tan avanzada edad?.
Noto el brazo de él que la rodeaba y un escalofrío le recorrió la espalda, estaba allí, esperando.
- Me gusta el juego de palabras que has hecho.. quiero quedarme contigo.
- No es un juego de palabras, te hablo en serio Lisa.
Lisa lo miro y descubrió la misma sonrisa encantadora de siempre, esa que la transportaba donde solo los enamorados pueden ir.
- ¿Y donde nos quedamos?
El no contesto, se levanto y le ofreció la mano, ella se la cogió gustosa. Hacia tanto frió que la mano de Eduardo la noto helada y creyó que iba a empezar a tiritar. Entonces ocurrió algo inesperado, algo que estaba fuera de todo acto preconcebido. La música de Lorenna Mckennitt empezó a sonar a sus alrededor, la canción de Santiago, esa que tantas veces había oído y que tanto le gustaba. Su cuerpo se aligero y embriagada por una extraña sensación empezó a bailar al ritmo de la música. El Frió se escapo poco a poco y la luna se hizo mas brillante y cálida, cerro los ojos, no quería pensar en nada, quería disfrutar de aquella nueva primavera que había entrado de sopeton y sin anunciar en su entristecida vida. Cuando se extinguió aquella primera canción sonó otro que también conocía, era la primera canción que habían bailado juntos a petición de ella, "Every thing a do... I do is for you..." Cantaba Bryan Adams mientras estaban abrazados totalmente disfrutando de la balada... "Todo lo que hago, lo hago por ti"... oyó la voz de Eduardo como un susurro en sus oídos... ¿Te vienes conmigo para siempre?... le pregunto de nuevo... Ella no contesto, no le salía la voz, pero cabeceo un suave si. Se separaron y extrañada vio a un joven Eduardo como el de entonces, con todo su pelo, sin ninguna arruga, con aquella adorable sonrisa y aquellos profundos ojos que le enamoraron. Ella lucia su larga cabellera rizada y castaña que le caía en cascada por la espalda, sus arrugas habían desaparecido y vestía un precioso vestido blanco, ligero y largo hasta los pies. No estaba cansada, todo era luz a su alrededor, la música sonaba todavía de fondo y abrazados se adentraron en el paraíso.... para siempre...
Sonó el teléfono móvil con insistencia y Atenea lo cogió con sueño, miro la pantalla y vio el nombre de Miriam.
- Dime Miriam...
- Ate, tengo que darte una mala noticia, anoche tuvo un accidente Eduardo cuando venia de Madrid con su coche y se ha matado...
Atenea contuvo la respiración.... Eduardo se había matado....
- ..y a Lisa se la han encontrado esta mañana muerta en el parque, por lo que se ve...
La voz de Miriam se extinguió.... Edu y Lis.... los dos, el mismo día.... no podía ser....
- Miriam... necesito un café...
- Nos vemos donde siempre y me lo tomo contigo...
- Dentro de media hora...
Atenea colgó el teléfono y se metió en la ducha. Dejo que el agua caliente cayese un rato sobre ella y entonces creyó verlos... pensó que era una alucinación, pero entre el vapor supo que no era así y tuvo la certeza de que el destino por fin los había unido mas allá de la eternidad.

1 comentario:

noeli dijo...

Fascinante y embriagados relato Ana, me transportó,.. como siempre.