jueves, 28 de enero de 2010

La casa de las Diez Ventanas

III

La playa estaba llena de gente que intentaba ponerse morena. Aurora y Crist estaban recostadas en las toallas, Crist a pleno sol y Aurora buscaba en cambio la sombra de la sombrilla multicolor que le había dejado la abuela de Crist. Aurora no dejaba de darle vueltas a su sueño, al fortuito encuentro de Leonardo, y de que seguramente él fuera “el maldito” o el “fantasma” de su sueño… Quizás solo lo pudiera ver ella… No, pues su amiga también lo había visto… entonces algo no hubiese encajado.
- Oye Crist… ¿te pareció real el chico aquel?
- ¿Qué chico?
- Pues “el maldito”… el año pasado cuando lo viste, ¿o era como si hubiese salido de un sueño?
- Pues claro que era real, lo vi de cerca, como te estoy viendo a ti ahora.
Hubo un largo silencio entre las dos amigas de nuevo y esta vez fue Crist quién lo rompió.
- Aurora.- Se reincorporo y miro a su amiga de frente.- ¿En que estas pensando?
- En nada.- dudo antes de continuar.- anoche creí ver una sombra cuando estábamos en el dormitorio… luego pienso que me dormí y bueno, soñé con la casa.. por eso estaba dando vueltas esta mañana por la misma, y bueno, tu me has contado lo de la maldición y no se porque todo bulle en mi cabeza.
Crist sonrío divertida.
- Eres tan impresionable… Yo llevo un montón de veranos viniendo aquí y vivo enfrente, nunca ha pasado nada fuera de lo común… en serio, creo que son tonterías de la gente. Ya te he comentado que me pareció mas que exagerado lo que lió mi amiga por ver a aquel chico, pienso que es normal.
- Si llegase la ocasión, ¿serias su amiga?
- No se… pienso que de principio no… nadie lo aceptaría y tendría que enamorarme de él para dejar todo lo que me rodea en estos años.
- Veo que no tuviste un flechazo…
- Es que ya tuve uno antes…
- ¿Cómo dices?
- Nada… nada… - dijo recostándose de nuevo en la toalla.
Aurora la miro desconcertada, ¿Qué había querido decir con aquello?

jueves, 21 de enero de 2010

La casa de las Diez Ventanas

II

Aurora trago saliva ante la verja de la antigua casa y se decidió a entrar. Toda la mañana había tenido una extraña sensación que la perseguía, pensó que quizás entrando todo se aclararía, y que aquella sombra se alejaría. La gran puerta de la entrada estaba cerrada con un gran cerrojo. Los jardines que rodeaban la casa era un gran embrollo de rosales, distintos árboles, hiedra y mas plantas que no supo reconocer. Desde luego por allí no podría entrar, pensó en dar la vuelta a toda la verja por si encontraba algún lugar mas accesible para tal fin. Con ese plan empezó a andar despacio por todo el contorno.
- ¿Buscas algo?
La voz la sobresalto, miro y se le helo la sangre en las venas. Aquel rostro lo había visto antes, y en unos segundos todo el sueño que había tenido la noche de antes se visualizo ante ella como una película y supo quien era.
- ¿Alejandro?
- No, me llamo Leonardo.- se quedo muy serio y sus palabras sonaron despacio, casi con miedo.- Tu no eres de aquí, ¿verdad?
- No, soy de Tucci, ¿y tu?
- Yo si soy de aquí.- hizo una pequeña pausa.- Aunque solo vengo los veranos, en invierno estudiamos en Dirham.
- ¿Estudiáis?
- Si, mi hermana y yo… tengo una hermana.
- Yo he venido unos días de veraneo con una amiga. Ella es de Tucci también y los que viven aquí… bueno allí..- dijo señalando la casa.- Son sus abuelos. Ella si viene todos los años, yo este es el primero.
El chico quedo pensativo un momento.
- ¿Qué sabes de la casa?
- Nada, pero me ha llamado la atención desde que llegue… ¿y tu sabes algo de ella que deba saber?
El chico puso una cara como si lo hubieran pillado en falta.
- No… que yo sepa…- su voz se torno algo nervioso.- Me tengo que ir, ha sido un gusto hablar contigo.
- ¿Nos volveremos a ver?.- pregunto Aurora.
- No se…. quizás..
El muchacho dio la vuelta y se marcho casi a la carrera. Aurora supo con certeza que se parecía mucho al chico de su sueño. Miro de nuevo para la casa y una voz mucho mas conocida sonó a su espalda.
- Aurora, ¿Qué haces aquí?
- Estaba viendo de cerca la casa esta, ¿tu sabes quienes eran sus propietarios.
- ¡Y quien no!. La casa de las diez ventanas pertenecía a los Draco, una familia muy adinerada. Dicen que la casa esta encantada y que los Draco están malditos. Creo que ya no viven aquí por que el pueblo les tiene miedo y huyen a su paso.
- ¿Y tu piensas que eso es verdad?... Lo de la maldición y todo eso.
- No se, la verdad es que el año pasado paseando por la playa muy temprano nos topamos con uno de ellos y mi amiga al verlo salio pitando, yo me quede petrificada y no me pareció que tuviese nada, es mas, me pareció triste ante la reacción de mi amiga.
- Ajam…
- ¡Pero es que no veas que pasada! …. al ratillo venia Lis con dos hombres por si “el maldito” me había hecho algo. Me preguntaron y bueno… pues yo les dije la verdad, que el chaval se quedo unos momentos mirando y que se había marchado sin hacerme nada.
- Un poco exagerada la reacción.
- Pienso que si, pero en fin, los del pueblo sabrán mejor estas cosas.
- Supongo.- dijo Aurora teniendo en ese momento una aclaración repentina del porque de las preguntas de Leonardo, el seguramente era….
- Anda vamos para casa, mi abuela nos va a regañar como no la ayudemos a hacer la comida.
Ana se marcho detrás de su compañera meditando sobre todo aquello.



lunes, 11 de enero de 2010

La casa de las Diez Ventanas

I

- Oye Crist, ¿la casa que ahí enfrente esta deshabitada?
- Si, ¿Por qué lo preguntas?
- Es que se ha encendido una luz, ha pasado alguien por la ventana y se ha vuelto a quedar todo en penumbras.
- No digas tonterías Aurora, En esa casa hace años que no vive nadie.
-A mi la verdad es que me ha llamado la atención, por eso te lo he preguntado.
- Esta noche creo que hay luna llena, ¿No será eso?
- Quizás, pero sabes que…
Ese “sabes que” dejo a su amiga un poco preocupada.
- Que voy a ir a investigar… ¿vienes?
- No.
- ¿Por qué?... Si no hay nadie no hay nada que temer.
Crist reflexiono un poco antes de contestar.
- Pues porque estoy cansada del viaje, me he acostado ya y quiero dormir para poder ir mañana a hacer footing y luego un ratito a la piscina o la playa.
- Pues quédate acostada..- comento mientras se metía las sandalias.- Yo voy a echar un vistacito.
- Aurora… ¡no!
- ¿Por….? – pregunto mientras se encogía de hombros.
- Puede ser peligroso… lo mismo hay gente drogándose o sepa Dios.
- ¡A ti lo que pasa es que estas cagada de miedo! …. iré con precaución.
Con estas palabras se dirigía ya para la puerta.
- Aurora….- esta se detuvo.- Espera.

Entraron a la casa en ruinas que se caía por si sola por el abandono y los años. Estaba en penumbras y no parecía que hubiese movimiento por ningún lado. La Luz de la luna llena se colaba por las grandes ventanas y descubrieron un gran salón. Avanzaron con cautela y a cada paso ascendía una pequeña nube de polvo. Unas grandes escaleras ascendían hasta la segunda planta. Subieron y continuaron por un gran pasillo descubriendo nuevas habitaciones. Aurora le hizo un gesto a su compañera para que parase y señalo una de aquellas estancias, de su interior salía luz.
- Aurora, vamonos ya.. – susurro Crist.
Aurora le dijo que no y le rogó silencio con la mano mientras avanzaba intentando no hacer ruido. El suelo crujía de vez en cuando y se detenían para asegurarse que no había ninguna clase de movimiento, la luz aumentaba mientras se acercaban.
- Todo esto es muy extraño… por favor…
- Ahora vas a abandonar… ahora que estas aquí… vamos, no seas cobarde.
- Aurora…
- Si quieres ir vete… yo no abandono.
- ¿Pero no tienes miedo?
- Un poco, pero eso no significa que…. ¡mira! … eso es lo que produce la luz.. es un anillo.
Las dos chicas se aproximaron al anillo y se agacharon a mirarlo. Era de oro, un pequeño murciélago tallado con un poco de relieve resaltaba en él, y el mismo tenia luz propia.
- Es precioso.- comento Crist, Aurora estaba como hipnotizada.- Vamonos, ya sabemos el secreto de la casa.
- El secreto de la casa… suena a película de miedo.
- Película de miedo… venga Aurora…
- Me lo voy a llevar.
- Aurora creo que es mejor que dejes el anillo aquí.
- ¿Por qué?
- Por que pienso que pertenece a la casa, por eso.
- Bobadas… - dijo acercando sus dedos al brillante metal.
- ¡NNNNNNNNNNOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!!!!!!!!!!
La voz resonó en toda la casa y las dos amigas sobresaltadas se cayeron de culo levantando una gran nube de polvo.
- ¡No lo toques! .- Siguió la voz esta vez mas cerca, justo detrás de las dos chicas.
Estaban petrificadas de terror, pensaron que no podrían mover un músculo. Aurora haciendo un esfuerzo y con el corazón que se le salía del pecho fue la primera en reaccionar, miro hacía su espalda y allí vio un muchacho joven que las miraba con cierta calidez.
- ¿Os he asustado? … Lo siento, no era mi intención.
- ¿Quién eres?
- Me llamo Alejandro, vivo aquí.
Esta vez fue Crist la que reacciono y hablo.
- ¿Qué vives aquí? … Eso es imposible, mi abuela vive justo enfrente y sabe de sobra que aquí hace años que no hay nadie viviendo… ¿es que eres un ocupa o algo así?
- Perdonad… la gente normal no me puede ver. Vosotras hoy si me veis pues estoy en vuestro sueño.
- ¿Sueño? – pregunto Aurora.
- Si, yo soy espiritual y solo puedo materializarme en los sueños. El vuestro os ha traído hoy hasta aquí.
- Eso quiere decir que no existes en realidad, que es nuestra imaginación.
- Una vez fui real. Al morir me quede atrapado aquí y necesito ayuda para poder descansar en paz.
- Y el anillo tiene algo que ver… ¿no? – Razono Crist.
- Todo tiene algo que ver…. si esta noche estamos todos aquí es por que el destino os ha elegido a vosotras para ayudarme.
- ¿Y como lo podemos hacer? – Pregunto interesada Aurora.
- No lo se…. pero se que lo vais a averiguar.
Las dos amigas se miraron en silencio y volvieron a mirar a Alejandro, este les sonrió y desapareció.

Aurora despertó y un rayo de sol entraba por la ventana. Miro la hora y eran las ocho de la mañana, en la cama de al lado su amiga dormía placidamente. Se levanto y miro por la ventana, enfrente, se podía ver la vieja casa que por su estructura tendría que haber sido una gran mansión. Se quedo absorta mirándola sin saber porque.
- ¿Qué haces?
La voz la sobresalto.
- Miraba la casa esa.
Su amiga se acerco bostezando y miro a la vez.
- La vieja mansión… se le llama la casa de las diez ventana pues ese es el numero de ventanas que tiene en la fachada.
- Interesante… ¿anoche te pregunte algo extraño sobre ella?
- Anoche estábamos tan cansadas del viaje y de todo que fue llegar a la cama y nos quedamos roques las dos.
- ¿Seguro?
- Seguro, ¿Por qué lo preguntas?
- Por nada.
Aurora tenía una sensación extraña, pero no sabía de que.
- Que, ¿nos vamos a correr un poco?
- Si, a ver si nos despejamos.
Las dos chicas se marcharon escaleras abajo en busca de un poco de ejercicio.

lunes, 4 de enero de 2010

Carta a los Reyes


Queridos Reyes Magos:
Creo que he sido un niño bueno este año, y que cuando he hecho algo malo luego he recibido perdón y he sido perdonando.
Este año no voy a pedir juguetes como los años anteriores, no quiero nada material en realidad, pues si miro la habitación de juegos que tenemos en casa esta llena de cosas. Este año en clase nos han hablado de los niños que no tienen juguetes en otras partes del mundo, y hemos llevado algunos de los nuestros para que a través de vuestros pajes y vosotros llegue a ellos.
Este año en vez de la play 3, el reloj de Big 10 y el Meccano del Buggy os voy a pedir otra cosa. Esos regalos mandárselos a los niños que no tienen nada, de mi parte.
Este año lo que me gustaría que me regalaseis de verdad es la felicidad de mis papas. Ellos delante de los demás disimulan que todo va bien, pero no es así. Todo empezó a principios de este año que se va, se gritaban y se enfadaban entre ellos mucho, luego poco a poco esos gritos se fueron acallando con grandes silencios y luego la nada. Vivimos juntos todos pero yo e empezado a notar una cosa fría entre ellos. A mama la he oído llorar cuando ella pensaba que nadie la escuchaba. Papa se encierra en su despacho las horas muertas a trabajar y alguna vez cuando he entrado a que me ayude a los deberes se ha limpiado alguna lagrima rápida… pero yo no soy tonto y se que también llora allí, pero mas disimuladamente que mama.
Quiero que termine eso, que se miren con ternura y cariño como cuando nos miran a nosotros, que se abracen y que se besen de verdad.
Tengo miedo, pues mi mejor amigo, Ruben, me contó que sus papas empezaron así y que al final se han separado. Su papa se marcho muy enfadado con un portazo muy grande y ya no volvió. Ahora lo ve un fin de semana al mes y dice que le hace muchos regalos y que no esta tan mal… pero yo no quiero que mi papa se vaya y verlo solo un fin de semana, lo prefiero en casa, con mama, y que se guarde los regalos. Por eso este año os pido a vosotros, reyes magos, que me mandéis como regalo la felicidad a mis papas… que no se separen, que vivan juntos, y que todos seamos muy felices.
Espero que podáis concederme ese regalo, os mando un beso muy fuerte, sobre todo a Baltasar que dice mi mama que es mi Rey mago y por eso me puso su nombre.
Baltasar
El padre cerró la carta con lagrimas en los ojos, fue hasta el salón donde su mujer veía una película. La contemplo en silencio, recordó la primera vez que la vio, era la mujer mas guapa del mundo.. y lo seguía siendo en realidad para sus ojos. Ella tenía novio formal y no tenía ninguna posibilidad. Dejo pasar algunos años y precisamente en una fiesta de fin de año su novio cogió una “papa” del 15 y ella se enfado. Él entonces no supo de donde saco el valor y se acerco, le propuso acompañarla a casa y empezaron a charlar por el camino, en la puerta ella le pidió el número de teléfono y lo llamo para reyes. Se tomaron una copa y ella le contó que el imbecil de su novio se había enterado de su compañía en nochevieja y habían discutido fuertemente… en definitiva lo habían dejado. La noche se alargo bastante y al final él no desaprovecho el tiempo y le pidió de salir, ella dijo que si…. hasta ahora.
- Oye, mira lo que ha escrito el niño a los reyes magos.- le comento acercándose.
Ella leyó la carta en silencio, y lloro en cada palabra. Después de eso guardaron silencio durante mucho rato.
- Empecemos por ser amigos… y luego Dios dirá.- se pronuncio al fin ella.