I
- Oye Crist, ¿la casa que ahí enfrente esta deshabitada?
- Si, ¿Por qué lo preguntas?
- Es que se ha encendido una luz, ha pasado alguien por la ventana y se ha vuelto a quedar todo en penumbras.
- No digas tonterías Aurora, En esa casa hace años que no vive nadie.
-A mi la verdad es que me ha llamado la atención, por eso te lo he preguntado.
- Esta noche creo que hay luna llena, ¿No será eso?
- Quizás, pero sabes que…
Ese “sabes que” dejo a su amiga un poco preocupada.
- Que voy a ir a investigar… ¿vienes?
- No.
- ¿Por qué?... Si no hay nadie no hay nada que temer.
Crist reflexiono un poco antes de contestar.
- Pues porque estoy cansada del viaje, me he acostado ya y quiero dormir para poder ir mañana a hacer footing y luego un ratito a la piscina o la playa.
- Pues quédate acostada..- comento mientras se metía las sandalias.- Yo voy a echar un vistacito.
- Aurora… ¡no!
- ¿Por….? – pregunto mientras se encogía de hombros.
- Puede ser peligroso… lo mismo hay gente drogándose o sepa Dios.
- ¡A ti lo que pasa es que estas cagada de miedo! …. iré con precaución.
Con estas palabras se dirigía ya para la puerta.
- Aurora….- esta se detuvo.- Espera.
Entraron a la casa en ruinas que se caía por si sola por el abandono y los años. Estaba en penumbras y no parecía que hubiese movimiento por ningún lado. La Luz de la luna llena se colaba por las grandes ventanas y descubrieron un gran salón. Avanzaron con cautela y a cada paso ascendía una pequeña nube de polvo. Unas grandes escaleras ascendían hasta la segunda planta. Subieron y continuaron por un gran pasillo descubriendo nuevas habitaciones. Aurora le hizo un gesto a su compañera para que parase y señalo una de aquellas estancias, de su interior salía luz.
- Aurora, vamonos ya.. – susurro Crist.
Aurora le dijo que no y le rogó silencio con la mano mientras avanzaba intentando no hacer ruido. El suelo crujía de vez en cuando y se detenían para asegurarse que no había ninguna clase de movimiento, la luz aumentaba mientras se acercaban.
- Todo esto es muy extraño… por favor…
- Ahora vas a abandonar… ahora que estas aquí… vamos, no seas cobarde.
- Aurora…
- Si quieres ir vete… yo no abandono.
- ¿Pero no tienes miedo?
- Un poco, pero eso no significa que…. ¡mira! … eso es lo que produce la luz.. es un anillo.
Las dos chicas se aproximaron al anillo y se agacharon a mirarlo. Era de oro, un pequeño murciélago tallado con un poco de relieve resaltaba en él, y el mismo tenia luz propia.
- Es precioso.- comento Crist, Aurora estaba como hipnotizada.- Vamonos, ya sabemos el secreto de la casa.
- El secreto de la casa… suena a película de miedo.
- Película de miedo… venga Aurora…
- Me lo voy a llevar.
- Aurora creo que es mejor que dejes el anillo aquí.
- ¿Por qué?
- Por que pienso que pertenece a la casa, por eso.
- Bobadas… - dijo acercando sus dedos al brillante metal.
- ¡NNNNNNNNNNOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!!!!!!!!!!
La voz resonó en toda la casa y las dos amigas sobresaltadas se cayeron de culo levantando una gran nube de polvo.
- ¡No lo toques! .- Siguió la voz esta vez mas cerca, justo detrás de las dos chicas.
Estaban petrificadas de terror, pensaron que no podrían mover un músculo. Aurora haciendo un esfuerzo y con el corazón que se le salía del pecho fue la primera en reaccionar, miro hacía su espalda y allí vio un muchacho joven que las miraba con cierta calidez.
- ¿Os he asustado? … Lo siento, no era mi intención.
- ¿Quién eres?
- Me llamo Alejandro, vivo aquí.
Esta vez fue Crist la que reacciono y hablo.
- ¿Qué vives aquí? … Eso es imposible, mi abuela vive justo enfrente y sabe de sobra que aquí hace años que no hay nadie viviendo… ¿es que eres un ocupa o algo así?
- Perdonad… la gente normal no me puede ver. Vosotras hoy si me veis pues estoy en vuestro sueño.
- ¿Sueño? – pregunto Aurora.
- Si, yo soy espiritual y solo puedo materializarme en los sueños. El vuestro os ha traído hoy hasta aquí.
- Eso quiere decir que no existes en realidad, que es nuestra imaginación.
- Una vez fui real. Al morir me quede atrapado aquí y necesito ayuda para poder descansar en paz.
- Y el anillo tiene algo que ver… ¿no? – Razono Crist.
- Todo tiene algo que ver…. si esta noche estamos todos aquí es por que el destino os ha elegido a vosotras para ayudarme.
- ¿Y como lo podemos hacer? – Pregunto interesada Aurora.
- No lo se…. pero se que lo vais a averiguar.
Las dos amigas se miraron en silencio y volvieron a mirar a Alejandro, este les sonrió y desapareció.
Aurora despertó y un rayo de sol entraba por la ventana. Miro la hora y eran las ocho de la mañana, en la cama de al lado su amiga dormía placidamente. Se levanto y miro por la ventana, enfrente, se podía ver la vieja casa que por su estructura tendría que haber sido una gran mansión. Se quedo absorta mirándola sin saber porque.
- ¿Qué haces?
La voz la sobresalto.
- Miraba la casa esa.
Su amiga se acerco bostezando y miro a la vez.
- La vieja mansión… se le llama la casa de las diez ventana pues ese es el numero de ventanas que tiene en la fachada.
- Interesante… ¿anoche te pregunte algo extraño sobre ella?
- Anoche estábamos tan cansadas del viaje y de todo que fue llegar a la cama y nos quedamos roques las dos.
- ¿Seguro?
- Seguro, ¿Por qué lo preguntas?
- Por nada.
Aurora tenía una sensación extraña, pero no sabía de que.
- Que, ¿nos vamos a correr un poco?
- Si, a ver si nos despejamos.
Las dos chicas se marcharon escaleras abajo en busca de un poco de ejercicio.
- Oye Crist, ¿la casa que ahí enfrente esta deshabitada?
- Si, ¿Por qué lo preguntas?
- Es que se ha encendido una luz, ha pasado alguien por la ventana y se ha vuelto a quedar todo en penumbras.
- No digas tonterías Aurora, En esa casa hace años que no vive nadie.
-A mi la verdad es que me ha llamado la atención, por eso te lo he preguntado.
- Esta noche creo que hay luna llena, ¿No será eso?
- Quizás, pero sabes que…
Ese “sabes que” dejo a su amiga un poco preocupada.
- Que voy a ir a investigar… ¿vienes?
- No.
- ¿Por qué?... Si no hay nadie no hay nada que temer.
Crist reflexiono un poco antes de contestar.
- Pues porque estoy cansada del viaje, me he acostado ya y quiero dormir para poder ir mañana a hacer footing y luego un ratito a la piscina o la playa.
- Pues quédate acostada..- comento mientras se metía las sandalias.- Yo voy a echar un vistacito.
- Aurora… ¡no!
- ¿Por….? – pregunto mientras se encogía de hombros.
- Puede ser peligroso… lo mismo hay gente drogándose o sepa Dios.
- ¡A ti lo que pasa es que estas cagada de miedo! …. iré con precaución.
Con estas palabras se dirigía ya para la puerta.
- Aurora….- esta se detuvo.- Espera.
Entraron a la casa en ruinas que se caía por si sola por el abandono y los años. Estaba en penumbras y no parecía que hubiese movimiento por ningún lado. La Luz de la luna llena se colaba por las grandes ventanas y descubrieron un gran salón. Avanzaron con cautela y a cada paso ascendía una pequeña nube de polvo. Unas grandes escaleras ascendían hasta la segunda planta. Subieron y continuaron por un gran pasillo descubriendo nuevas habitaciones. Aurora le hizo un gesto a su compañera para que parase y señalo una de aquellas estancias, de su interior salía luz.
- Aurora, vamonos ya.. – susurro Crist.
Aurora le dijo que no y le rogó silencio con la mano mientras avanzaba intentando no hacer ruido. El suelo crujía de vez en cuando y se detenían para asegurarse que no había ninguna clase de movimiento, la luz aumentaba mientras se acercaban.
- Todo esto es muy extraño… por favor…
- Ahora vas a abandonar… ahora que estas aquí… vamos, no seas cobarde.
- Aurora…
- Si quieres ir vete… yo no abandono.
- ¿Pero no tienes miedo?
- Un poco, pero eso no significa que…. ¡mira! … eso es lo que produce la luz.. es un anillo.
Las dos chicas se aproximaron al anillo y se agacharon a mirarlo. Era de oro, un pequeño murciélago tallado con un poco de relieve resaltaba en él, y el mismo tenia luz propia.
- Es precioso.- comento Crist, Aurora estaba como hipnotizada.- Vamonos, ya sabemos el secreto de la casa.
- El secreto de la casa… suena a película de miedo.
- Película de miedo… venga Aurora…
- Me lo voy a llevar.
- Aurora creo que es mejor que dejes el anillo aquí.
- ¿Por qué?
- Por que pienso que pertenece a la casa, por eso.
- Bobadas… - dijo acercando sus dedos al brillante metal.
- ¡NNNNNNNNNNOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!!!!!!!!!!
La voz resonó en toda la casa y las dos amigas sobresaltadas se cayeron de culo levantando una gran nube de polvo.
- ¡No lo toques! .- Siguió la voz esta vez mas cerca, justo detrás de las dos chicas.
Estaban petrificadas de terror, pensaron que no podrían mover un músculo. Aurora haciendo un esfuerzo y con el corazón que se le salía del pecho fue la primera en reaccionar, miro hacía su espalda y allí vio un muchacho joven que las miraba con cierta calidez.
- ¿Os he asustado? … Lo siento, no era mi intención.
- ¿Quién eres?
- Me llamo Alejandro, vivo aquí.
Esta vez fue Crist la que reacciono y hablo.
- ¿Qué vives aquí? … Eso es imposible, mi abuela vive justo enfrente y sabe de sobra que aquí hace años que no hay nadie viviendo… ¿es que eres un ocupa o algo así?
- Perdonad… la gente normal no me puede ver. Vosotras hoy si me veis pues estoy en vuestro sueño.
- ¿Sueño? – pregunto Aurora.
- Si, yo soy espiritual y solo puedo materializarme en los sueños. El vuestro os ha traído hoy hasta aquí.
- Eso quiere decir que no existes en realidad, que es nuestra imaginación.
- Una vez fui real. Al morir me quede atrapado aquí y necesito ayuda para poder descansar en paz.
- Y el anillo tiene algo que ver… ¿no? – Razono Crist.
- Todo tiene algo que ver…. si esta noche estamos todos aquí es por que el destino os ha elegido a vosotras para ayudarme.
- ¿Y como lo podemos hacer? – Pregunto interesada Aurora.
- No lo se…. pero se que lo vais a averiguar.
Las dos amigas se miraron en silencio y volvieron a mirar a Alejandro, este les sonrió y desapareció.
Aurora despertó y un rayo de sol entraba por la ventana. Miro la hora y eran las ocho de la mañana, en la cama de al lado su amiga dormía placidamente. Se levanto y miro por la ventana, enfrente, se podía ver la vieja casa que por su estructura tendría que haber sido una gran mansión. Se quedo absorta mirándola sin saber porque.
- ¿Qué haces?
La voz la sobresalto.
- Miraba la casa esa.
Su amiga se acerco bostezando y miro a la vez.
- La vieja mansión… se le llama la casa de las diez ventana pues ese es el numero de ventanas que tiene en la fachada.
- Interesante… ¿anoche te pregunte algo extraño sobre ella?
- Anoche estábamos tan cansadas del viaje y de todo que fue llegar a la cama y nos quedamos roques las dos.
- ¿Seguro?
- Seguro, ¿Por qué lo preguntas?
- Por nada.
Aurora tenía una sensación extraña, pero no sabía de que.
- Que, ¿nos vamos a correr un poco?
- Si, a ver si nos despejamos.
Las dos chicas se marcharon escaleras abajo en busca de un poco de ejercicio.
4 comentarios:
Hola Ana, una historia muy intrigante. Espero la segunda parte pronto.
Besos
Me asalta una duda, si era el sueño de las dos, como dice el supuesto espíritu, Aurora tendrá que convencer a su amiga?. O acaso la amiga se ha callado algo que también ella soñó. Espero se vaya descubriendo el asunto, por cieto, bastante interesante.
Un beso
que maravilla, y como engancha cariño, eres una genia jeje, gracias!!! tu alma es única. muaa
Pues seguira y por muchas semanas, espero que puedas seguir leyendo.
Un beso Gata!
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Ya!!!!! .... en fin, poco a poco se vera todo!!
Besos D'Paula!!
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Pues nada, a seguir leyendo a ver si te sigue enganchando!
Besos!
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